El Correo de Burgos

Prólogo en tres dimensiones

'El extraño viaje de Reidar Vikko Hansen' comenzó ayer en la Biblioteca Universitaria de la mano de Ricardo Blackman

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Burgos

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L. B. / Burgos

Primer capítulo de una novela tridimensional gestada en la mente del artista Ricardo Blackman. Inquietante prólogo de un relato abierto que recorre la estela difusa del misterioso científico y aventurero Reidar Vikko Hansen, un erudito cuyo rastro serpentea por medio mundo sin salir de la imaginación de este burgalés del 62 y que en algún tiempo habitó el almacén abandonado que ocupa el vestíbulo de la Biblioteca Universitaria.

La misma puerta que hace un par de años halló Blackman, tras toparse -según reza el texto que pone en contexto al espectador- por pura casualidad con una carta de ese hombre misterioso escrita en 1959 a su esposa Margot, permanecerá abierta de par en par hasta el próximo 28 de febrero.

Cruzar este umbral, o apenas un vistazo, supone asistir un espectáculo revelador abarrotado de indicios que facilitan un primer encuentro con el ausente protagonista -confeso alter ego del propio artista- del relato pergeñado por el creador local.

Cajas, decenas de cajas lucen debidamente etiquetadas con los nombres en latín de las materias que albergan, recogidas a lo largo y ancho del planeta, quizá peligrosa's, rodeadas por ramaje seco, testigo de su abandono. Sobre las paredes y en el suelo de la estancia descansan dibujos, parecen retratos de seres, puede que bocetos de aquellos con los que se topó el enigmático investigador rescatado por Ricardo Blackman, rodeados, eso sí, de anotaciones, fórmulas, ecuaciones. Y en el centro, una figura, sorprendente, indefinible. Apenas una parte del mundo de Reidar. La contenida en aquel almacén de Oslo que un día, cosas del azar, descubrió un burgalés.

Estas primeras líneas de la anunciada novela son «en realidad, una escenografía sin actores», insiste el autor, empeñado en avivar la curiosidad del observador, en invitarle a reflexionar y de paso a elaborar un relato propio. Porque esta puerta está abierta «a todas las interpretaciones posibles».

Tras seis años sin exponer en solitario, Ricardo Blackman aceptaba la propuesta de retornar en este espacio con este proyecto inspirado en «lecturas del siglo XIX y el apasionante mundo de la investigación científica de ayer y hoy, con su lado escalofriante y sus repercusiones positivas».

La novela «continuará», promete. Lo tiene todo pensado.

 

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