Si Toni Manero alcanzó su sueño...

A.S.R. / Burgos

«Hay que luchar por los sueños y también por ser mejores personas. El mensaje que al final lanza el musical es bastante positivo. Deja la puerta abierta a una vida mejor para los que no lo tienen nada fácil». Habla Alberto Vázquez, uno de los intérpretes de Fiebre del sábado noche, el espectáculo que llegará al Teatro Principal entre el 11 y el 14 de marzo.

Con Toni Manero el musical regresa al auditorio de la plaza de Mío Cid después de Jesucristo Superstar, Peter Pan, Cabaret, We will rock you... Y lo vuelve a hacer generando expectación entre los burgaleses a juzgar por las 1.500 entradas que, a fecha de ayer, ya se habían vendido, a pesar de que su precio se sitúa entre los 15 y los 49 euros.

Los pantalones de campana, las camisas de chorreras, el movimiento de caderas y la sempiterna bola de cristales de colores colgada en el techo invitarán al público a viajar a los setenta. Disco inferno, Stayin'Alive, You should be dancing, If I can't have you... Los clásicos de la música disco más otras míticas canciones de los setenta acompañarán al espectador en estas dos horas y media. En este tiempo se volverá a colar en la historia de aquel chico humilde de Brooklyn, empleado en una tienda de pinturas de día y un loco por la música y el baile por la noche, cuyo movimiento arrastra a todo el mundo.

Christian Sánchez es uno de los dos artistas que dan vida a Toni Manero. Reconoce que el personaje entraña su dificultad y es imposible que una sola persona lleve adelante con frescura siete funciones en cuatro días.

Cuando se le pregunta por lo que el musical comparte con la película protagonizada por John Travolta, Sánchez comenta que se respeta, evidentemente, la historia dramática y los personajes, pero cambia la temporalidad y el ritmo del baile, mucho más frenético. «Ver el filme es más espeso porque es muy antiguo y, aunque en su momento fue una bomba, le faltaba algo y ese algo es el que pone el musical», explica y es Alberto Vázquez, que da vida al padre de Manero, quien añade que la complejidad de los números musicales subidos al escenario no llegan a tanto en la cinta dirigida por John Badham en 1977.

Los dos actores convienen a la hora de destacar la espectacularidad de la propuesta y la vigencia del mensaje, de la necesidad de luchar por conseguir los sueños, de ser coherente con uno mismo en la vida... como lo fue Toni Manero.