Por veredas escénicas alternativas

Burgos

Ajeno a supersticiones y empeñado en pasear al público por las veredas escénicas menos concurridas, el Ciclo de Teatro Joven calienta los motores de su décimo tercera edición.

Cuatro citas -menos de lo habitual- conforman la ruta, es decir, el contenido de una iniciativa consolidada y mecida a cuatro manos por el Instituto Municipal de Cultura y la Universidad de Burgos. En el horizonte, un objetivo, el de subir a las tablas del Teatro Clunia espectáculos frescos, contemporáneos, jóvenes de espíritu -de ahí el apellido del ciclo-, de diversos registros y «que escapen del ámbito comercial».

El pistoletazo de salida sonará el próximo sábado 20 de febrero. Seguirán, anoten en su agenda, los días 26 de febrero, 6 y 13 de marzo. ¿El itinerario? Reencuentros familiares, memorias históricas, crisis personales y arte en proceso. Cuatro paradas en las que cabe detenerse, aunque sólo sea a contemplar el paisaje.

'Los corderos'. La compañía granadina Histrión Teatro apuesta por un texto dirigido por el dramaturgo argentino Daniel Veronese. En esta pieza -que se desarrolla en un sorprendentemente reducido espacio, tan sobrio como el vestuario de los actores- se recrean elementos costumbristas tales como el barrio, la familia o el vecindario cuyas connotaciones positivas, frente a la posible y amenazante degradación del mundo exterior, no lo son tanto. Desconocimiento, indiferencia, incesto, desamor o violencia salen a relucir en esta obra interpretada por Gema Matarranz, Manuel Salas, Elena de Cara, Paco Inestrosa y Enrique Torres. Del maravilloso mundo de los animales. Los corderos, que así suena su título al completo, subirá a escena el 20 de febrero.

'Restos'. Los madrileños Inconstantes Teatro rescatan un «viejo proyecto» fraguado a partir del lento pero continuado 'amontonamiento' de materiales en torno a la idea de «lo que sobra». Así nacía Restos, una propuesta que reúne danza, audiovisual, gastronomía y teatro para abordar la doble vertiente, temporal y orgánica, del concepto que le da nombre y que desemboca en la actualidad socio-política a merced de la ley de Memoria Histórica. Cuatro autores rubrican el montaje, la bailarina y coreógrafa Teresa Nieto, el actor Jorge Muñoz, la bailarina Vanessa Medina y el actor invidente José Luis Agudo. Llegarán el viernes 26 de febrero.

'El jardín de los cerezos'. Rayuela Producciones enfrenta un texto de hace más de cien años, alumbrado por Anton Chejov para más señas, al enfoque contemporáneo omnipresente en el trabajo de la compañía vallisoletana. Y lo hace a golpe de dramaturgia, interpretación e integración de elementos plásticos y narrativos de hoy para contar la historia de Liuba Andreieva, terrateniente recién arruinada que regresa a la casa familiar en la que vivió desde niña. Lejos de hundirla en la desesperanza, la crisis favorecerá la aparición de nuevas oportunidades. Y es que tal y como recuerda Rayuela, Chejov concibió El jardín de los cerezos a modo de comedia, en un intento de desdramatizar una situación de crisis ecomómica y emocional. Las claves se desvelarán el 6 de marzo.

'Terra preñada'. No es un montaje teatral. No es un espectáculo al uso, ni se acerca. El propio padre de esta singular criatura, el artista Joan Baixas, define Terra preñada como una acción parateatral en la que convergen el polvo, el agua, el fango, la luz, la oscuridad, la voz y los garabatos. Esta propuesta supone el encuentro de la cantante Paca Rodrigo y el citado creador. Voz y garabatos, en ciernes, claro. «Tratamos de mantener Terra Preñada siempre en un inicio, en un pre-espectáculo. Tratamos de esquivar la performance de ideas y el espectáculo teatral para quedarnos en una ceremonia previa, elemental, donde los materiales poéticos, en bruto, se componen con la intervención del azar. ¿Y de que trata? Trata de los diferentes pasajes del amor, suprema ingenuidad», explica Baixas. Lo demostrará el 13 de marzo.