El Correo de Burgos

Fabri reestrena la Sala Espolón

Cajacírculo ha invertido medio millón de euros en el remozado de este espacio con el que espera contribuir a la revitalización del céntrico paseo

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

La Sala Espolón de Cajacírculo ha pasado por el quirófano y de él ha salido como nueva. Parece otra. Se ha renovado por fuera y por dentro. Ha ganado en luminosidad, en diseño, en accesibilidad... Las pinturas de Fabri son las encargadas de reestrenar este espacio tras, aproximadamente, un año cerrado y una inversión que ronda el medio millón de euros.

«Este centro se encuentra en una zona donde las canalizaciones hay que tenerlas muy en cuenta. No hemos modificado la estructura, solamente se ha redistribuido para hacerla más amigable», detalla José Rafael Briñas, director del Gabinete de Dirección General de Cajacírculo, que mostraba orgulloso el nuevo aspecto de este equipamiento, con el que la entidad financiera también quiere aportar su granito de arena a la revitalización de un moribundo Paseo del Espolón. «Las posibilidades de esta sala puede ayudar a recuperar este rincón único bastante deteriorado en este momento», añade.

La sala de exposiciones, ocupada hasta el 5 de marzo por Fabri, se ha ampliado al eliminar unas viejas estancias de reuniones y la luz se ha hecho en el salón de actos, que ha abandonado la oscuridad y ha mudado su mobiliario con un aforo de 99 butacas sin olvidar la eliminación de las barreras arquitectónicas. El estudio CI ha dirigido este lavado de cara.

El reestreno de la Sala Espolón no viene acompañado por un programa específico. Tampoco lo necesita a juzgar por las solicitudes de uso que, según Briñas, ya se han formulado. La sala de arte ya está copada hasta dentro de un año y ya han empezado a preguntar por las posibilidades de uso del coqueto salón para presentaciones de libros y conferencias. «No necesitamos desarrollar ninguna oferta concreta. La gente viene a pedirla sin convocatoria previa. Y es que su ubicación dentro de la ciudad es muy buena», concluye el responsable de la Obra Social de Cajacírculo, que no pierde la ocasión para remarcar la elección de Fabri para esta reinauguración, un pintor de la casa, pero también «un perfecto embajador de Burgos».Pictórica balada para Teresa

Fabri se encuentra como en casa en la Sala Espolón. A ella ha acudido desde que empezaba a exponer. Hace tantos años de aquello que sonríe con nostalgia al recordarlos. Esta muestra es especial para el pintor burgalés porque reestrena un espacio, viejo compañero de fatigas, y también porque esta colección es un regalo para Teresa, su mujer, en forma de agradecimiento. ¿Por qué? Por haberle animado a ponerse frente al caballete tras una mala pasada jugada por la salud hace tres años.

De su mano recuperó la ilusión por pintar, que se refleja en esta colección de paisajes, óleos sobre lienzo pegado a tabla, que recogen rincones de la provincia de Burgos, la mayoría, pero también de su otra tierra, Jaca, donde ha vivido muchos años y pasa largas temporadas. A Fabri le seduce la luz del otoño y del invierno. También la riqueza de los tonos que pinta el atardecer. Consigue atrapar esta atmósfera en frondosas arboledas que recorren toda la gama de verdes, ocres y amarillos, en el cóctel de violetas y azules de los cielos, en los que nunca, nunca, faltan nubes, en esa tierra de campos perdida en el horizonte, en ese camino de Haza, que le devuelve a una infancia en bicicleta, con los bártulos a cuestas, de sus veranos en el vecino Fuentecén...

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