El Correo de Burgos

'Artesa', desde el Miraflores al mundo con poesía

Una muestra, un facsímil y dos conferencias recuperan el espíritu de esta rompedora publicación

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Los burgaleses apuraban los años sesenta y en el bar Miraflores un grupo de amigos discutía de poesía. Ahí están, con una copa de vino, Antonio Bouza, Tino y Jesús Barriuso y Luis Carlos Balbás. Corre el año 1968. Estos autores se dejan seducir por la Generación Beat (filosofía oriental, liberación sexual...) y por el alma del famoso Mayo del 68. Están cansados de los juegos florales que dominan la «desoladora» escena poética burgalesa. Y de estas filias y estas fobias nace primero la tertulia literaria Artesa y un año después la revista del mismo nombre. Recordaba aquellos años ayer Bouza, convertido en comisario de la exposición La revista Artesa. Una aventura de vanguardia. Burgos 1969-1985, que ocupa el Arco de Santa María hasta el 28 de marzo.

«No sólo no se avanzaba, también se estaba perdiendo lo clásico, no se volvía a Quevedo, a Lope de Vega o a Cervantes, sino a una cursilería espantosa. Nosotros mirábamos lo que se hacía en poesía y teníamos un afán rupturista sobre todo en el aspecto formal», continúa Bouza.

La recuperación de este espíritu guía esta muestra orquestada por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y el Instituto Municipal de Cultura (IMC), que se completará con dos conferencias, una por concretar y otra a modo de presentación de la edición facsímil de esta publicación que se está preparando, cuyas fechas de celebración están por concretar.

No se harán esperar tanto como lo ha hecho esta muestra. Había ganas de ella. A su inauguración acudieron escritores (Fernando Ortega, Carlos de la Sierra, Eliseo González, José María Izarra, Yzquierdo Perrín, José Matesanz...), pintores (Juan Mons, Revilla XII, Luiso Orte, Ignacio del Río, Gerardo Ibáñez, Marticorena...), escultores (Ana Núñez, Humberto Abad...), editores (Fernando Arnaiz), colaboradores como el poeta Pascual Izquierdo o la ahora artesana Pilar Rojo Wayra y, sobre todo, los que la alumbraron como el mismo Bouza o Jesús Barriuso.

Ni sus artífices imaginaban hasta dónde iba a llegar esta aventura. Cuarenta y un año después lo saben. Y ha sido lejos, muy lejos. Su eco pronto cruzó las puertas del Miraflores, a ella se incorporaron otros poetas de la ciudad como Bernardo Cuesta Beltrán, José Luis Camarero, Juan José Ruiz Rojo, Antonio Rodríguez Llanillo, Pascual Casillas Oña, Rafael Núñez Rosáenz, Federico Salvador Puy... La presencia en sus páginas de las firmas literarias del momento no se hizo esperar contando con Camilo José Cela, Jorge Guillén, Luis Rosales, Eduardo Chillida, Francisco Pino, Juan Eduardo Cirlot, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Felipe Boso... Su existencia cruzó los océanos. Los departamentos de español de las universidades norteamericanas custodiaban sus ejemplares y se entablaron colaboraciones con Francia, Seúl, Corea, Italia o Japón.

Pero la publicación no se alimentó exclusivamente de movimientos literarios. La implicación de artistas plásticos del momento fue decisiva. Luis Sáez firmó la primera portada y las demás hasta el número 5. El relevo lo tomó entonces un joven pintor llamado Juan Vallejo. Desfilarían por sus páginas otros nombres relevantes como Eduardo Chillida.

Durante sus años de vida, Artesa fue más que una publicación. Entre risas, Bouza recordaba ayer las «happening bobadas» que montaron en alguno de los encuentros en los que participaron.

La revista Artesa. Una aventura de vanguardia. Burgos 1969-1985 invita al público de hoy a subirse a este barco, «equilibro entre lo clásico y la ruptura», en palabras de Gonzalo Santonja, director del Instituto de la Lengua, quien enarbola su bandera para reivindicar a Burgos como capital de vanguardia y quitar a Castilla «el sambenito de tener una cultura muy tradicional, pero es que lo que hoy es tradición antes fue vanguardia».

Esa palabra, vanguardia, fue una de las más repetidas durante la presentación de una aventura que Bouza justifica al visitante a la entrada: «Cumplida la misión que nos habíamos impuesto de modernizar la escena poética española, retrógrada en posiciones oficialistas y con posicionamientos (interesados) contrarios, se ha conseguido que los denominados poetas convencionales (discursivos...) se hayan modernizado con brillantez y que los solamente visuales posean una información cultural que les permite crear en cualquier campo de la poesía».

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