Lección de grabado con Maite de la Parte

A.S.R. / Burgos

Resina, carborundo grueso para negro intenso y fino para grises y claros, rodillos blandos y duros, espátulas de goma para extender la tinta, bola de barniz blando y también duro, tintas, tarlatana para retirar el exceso de tinta, lijas al agua para pulir las planchas, limas para rectificar los bordes, papel de estampar, buriles, puntas, ruleta y rascador, ácido nítrico, tampón o muñequilla para extender el barniz, barniz de cubrir para reservar el dibujo del ácido, plancha de cinc virgen, tiza para limpiar los bordes, gafas de protección y tijeras especiales. Todos estos materiales más el tórculo (prensa especial), presente a través de una fotografía, son esenciales para la realización de un grabado y todos se encuentran en el Arco de Santa María. Hasta allí los ha llevado la creadora Maite de la Parte, empeñada en descubrir al público a ese «gran desconocido» que es el grabado.

Comienza este paseo didáctico con un vistazo a estos aperos encerrados en una vitrina y el visionado de un vídeo de cerca de cuatro minutos en el que se aprecia todo el proceso. Después el recorrido se adentra en las últimas obras de la artista burgalesa, afincada desde hace cinco años en Cantabria. El visitante observa la pieza final y a su lado la placa de cinc que la ha posibilitado, cuya textura se puede sentir, tocar.

«Es importante que las tiradas sean muy pequeñas porque se revalorizan», cuenta la artista, que acude todos los años a Estampa, la feria del grabado por excelencia que se celebra en Madrid. Y como buena conocedora de este mercado suelta un enérgico «¡Para nada!» cuando se sugiere la posibilidad de que se trate del hermano menor del arte. «Es un gran desconocido porque la gente no sabe cómo se realiza, pero está bien valorado y tiene mejor salida que el óleo porque también suele venderse a un precio menor», ilustra feliz porque en Burgos ya han cogido el testigo de esta disciplina, huérfana hace cinco años cuando ella dejó la ciudad.

Estos grabados se completan en el piso superior con una colección de pinturas. Óleos, técnica mixta, acrílicos... Rojos y negros, rosas, azules, verdes, amarillos... De la Parte no se cierra a ningún estilo ni a ningún color. No es ella de ponerse etiquetas ni de dejárselas poner. Presume de su mentalidad abierta y de que a ella le gusta trabajar con las personas, se muevan éstas por donde lo hagan. A esa gente que la ha acompañado en su trayectoria artística dedica la última pared del Arco, forrada de fotografías de amigos. Muchos pasarán por allí hasta el 9 de mayo. También posibles compradores. Se reconoce la artista condicionada por la crisis económica, que le ha obligado a decantarse por los formatos pequeños, pero al mismo tiempo confiesa que el achuchón es leve y el arte aún sigue seduciendo a los inversores.