El Correo de Burgos

«Con los años no sólo no he perdido la ilusión, sino que ha crecido»

El batería Ángel Celada presenta esta noche en La Rúa uno de sus últimos proyectos, Shap, y el 9 de mayo imparte una clase en El Hangar

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Ángel Celada es uno de esos músicos renacentistas, inquieto, cultivado, con mil y una historias que contar y tocar, venerado... Y si son sus propios colegas lo que esto dicen de él, amén. El batería vitoriano se deja caer esta noche por la capital. Llega a La Rúa (Reyes Católicos, 26, 23 horas) con uno de sus últimos proyectos, Shap, un conjunto en el que le acompañan el piano de Pau Chafer y la voz de Sarah Rope. Presentarán su ópera prima, Now o never, en plan íntimo, los tres solos, a media luz, sin los grandes focos, sin la espectacularidad de otras citas, que haberlas hailas. Rythm&blues en estado puro. Y un poquito de rock, sin alharacas. Éstas las dejan para los auditorios más grandes, para cuando se dejan acompañar por la guitarra y el bajo y el sonido se hace rock, con el blues y el soul acechantes.

«Si tienes un auditorio con más gente, sin querer tocas con otro carácter, y cuando hay menos público también lo haces de otra manera. Pero siempre muy natural, te adaptas», comenta este músico con el corazón de rock y blues, que, sin embargo, ha dejado que entraran en él otros sonidos como los ritmos negros, el soul...

«En realidad, el músico si es receptivo y escucha lo que tiene alrededor lo que tiene que hacer es obedecer y seguir la sonoridad», cuenta el batería, veterano consciente de ello, aunque no le gusta utilizar esta palabra. «Suele ir con el añadido de pensar que cuanto más mayor, menos ilusión, y en Shap las cosas se miden por la capacidad de emocionar y ahí estamos equilibrados», aclara al tiempo que reconoce que sí, que es el que más cumpleaños ha vivido y muchos en un escenario, y lo dice con la boca grande, a sabiendas de que la diosa Fortuna le ha tocado con su varita mágica. Nunca, nunca ha dejado de sentir el cosquilleo. Nunca ha tenido «etapas oscuras» en su vida profesional que lo hayan desanimado. «No he tenido la sensación de haber bajado la guardia».

«No solamente no he perdido la ilusión, sino que creo que ha crecido. Según pasa el tiempo, vas quemando etapas. Ahora estoy en una bastante personal y hace que el proyecto sea ilusionante. Quizás ahora es una ilusión más centrada en la música, el arte y la emoción y en los comienzos como músico profesional te dejas sorprender por el impacto de las giras grandes, con grandes artistas. Y a veces esa emoción no es la de la música, sino la de lo que conlleva», insiste.

Lo dice un músico que ha perdido el número de veces que se ha subido a un escenario, que lo ha compartido con gente como el violinista francés Didier Lockwood, el norteamericano Billy Cobham, Enrique Morente, Carlos Benavent, El último de la fila, La Unión, Serrat, Mecano, Miguel Bosé..., que hasta ha olvidado los años que lleva en esto y además no le interesa saberlo, que ha sido reconocido como mejor batería en numerosas ocasiones... Y que niega de forma rotunda y con una pasmosa naturalidad que haya perdido la cabeza en algún momento: «No he tenido motivos. No es lo mismo cuando eres el cantante o la estrella que el entorno te puede embobar más, en el caso del músico no, además es vocacional, no es frustrante, estás detrás, encantado de la vida, consciente de que es tu función y no pasa nada. Que te vayan bien las cosas en el trabajo no creo que, ni en el mío ni el de nadie, deba hacerte perder la cabeza, eso está más cerca de la estupidez que de otra cosa».«El mejor músico es el que transmite y eso se logra con amor»

Ángel Celada parece sincero cuando dice que le hace ilusión regresar a tierras burgalesas, donde, dada la proximidad con Vitoria, su casa, ha estado muchas veces y guarda grandes amigos. Su resarcimiento llegará hoy en forma de concierto y el 9 de mayo, de clase magistral en El Hangar.

Una cita que a él le gusta dirigir a la gente en general. Da lo mismo si es batería, si es músico, si es panadero o maestro. «Me gusta que esté abierta. Quiero que sean clases útiles, compartir mi experiencia con un público inquieto, que, si te ha ido bien y has trabajado con muchos artistas, tienen cierto interés en saber cómo has enfocado tu manera de estudiar, tu visión del instrumento con relación a la música, tu filosofía... Transmitir esto es en muchos casos más importante que la técnica», apunta Celada, convencido de que él a un músico admirado le taladraría a preguntas del tipo de cómo lleva su vida emotiva cuando le va bien, cómo hace un concierto cuando no ha podido dormir, cómo se concentra, cómo se adapta a las circunstancias cuando no está en la estética musical adecuada... «Esto te enseña más, lo demás está en los libros», sentencia.

Y... ¿Cómo da un concierto Ángel Celada cuando no ha podido dormir? «Antes lo llevaba mejor, ahora ya es un hándicap. Al contrario de lo que piensa la gente, cuando uno no ha dormido toca más inquieto, más nervioso, y es lógico porque todo el mundo con la falta de sueño está más irascible, más irritable, más nervioso. Cuando has descansado estás más tranquilo y se ve en el escenario. A mí me preocupa. En general, cuando no duermo un mínimo no toco tan a gusto». Dice el batería que por mucho que los grandes de la escena digan que al subir a un escenario todos los problemas se dejan en el camerino, es imposible olvidar el sistema nervioso. «Ese sube contigo y por mucho que des lo mejor de ti, es una carga que pesa».

Termina Celada con una receta para el éxito: «El mejor músico es el que transmite, el que es capaz de emocionar, y esto se consigue a través de tu amor y entrega». Y apunta hacia una fuerza indiscutible que lleva hasta aquí.

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