El Correo de Burgos

Cuando el momento de la verdad llega...

La nueva promoción de la Escuela de Teatro 'se licencia' el viernes

-

-

Burgos

Creado:

Actualizado:

A.S.R. / Burgos

Olga Ruesga y Rubén Mínguez salen al escenario y se sientan en el sofá sonrientes. No les molestan los focos del Teatro Principal ni retuercen los dedos en señal de nerviosismo. Están tranquilos. Faltan tres días para que ese sillón se convierta en enemigo, las luces les cieguen como si en un interrogatorio estuvieran y los dedos pellizquen al de al lado para calmar la ansiedad. Faltan tres días para que Olga, Rubén y Felicidad Marín escriban un nuevo capítulo en la historia de la Escuela Municipal de Teatro. El que se refiere a la promoción número 21 de este centro de la calle Santa Águeda. Faltan tres días para el estreno de Ilusiones rotas, de Fernando Travesí, que ocupará el auditorio de la plaza de Mío Cid el viernes y el sábado a las 20.30 horas (entre 2 y 5 euros).

Los tres futuros licenciados comparten escena con Nuria Álvarez y Josu Pacheco. Aunque ellos ya pasaron por los nervios de este debut, hace tres y diez años, respectivamente, también sienten un cosquilleo especial.

Olga, Rubén y Felicidad tuvieron distintas motivaciones para acercarse a la escena. Sus palabras revelan que no se arrepienten de haber elegido este camino, pero también vislumbran que será secundario en sus vidas. Hablan de pasión, de emociones inexplicables, pero son realistas y ninguno abandonará su trabajo por convertirse en cómico. No están las cosas como para liarse la manta a la cabeza.

A Olga Ruesga el teatro siempre le volvió loca. Siempre quiso subirse a las tablas. «Por situaciones de la vida no pudo ser hasta que vine a Burgos -ella es de Herrera de Pisuerga, donde hace poco se preestrenó la obra con éxito de público y crítica- y esta escuela me dio la opción de quitarme esa espina», comenta al tiempo que cuenta que en ellas busca nuevas formas de comunicar, distintas maneras de ver la realidad y conseguir sentirse especial.

Incierto ve su futuro en este campo Rubén Mínguez. Se matriculó en primero por probar y le supo bien. Le encantaría dedicarse a ello pero... Estos puntos suspensivos desaparecen cuando la que habla es Felicidad Marín. Esta joven de 35 años tiene claro que el teatro no centrará su vida, pero se resigna a hablar simplemente de una afición. «Es mucho más. ¿Pasión? Quizás sí», dice. Aunque se lanzó tarde, dice que siempre le llamó y un día decidió ver si era capaz de meterse en un personaje y sentir como él. «Vivir otra vida en poco tiempo», ilustra. Y quiere pensar que después de tres años de duro trabajo sí lo ha conseguido.

La experiencia será distinta para Josu y Nuria. El primero formó parte de la undécima promoción y desde entonces sólo ha intervenido en La vida es sueño, de La Folía, hace unos cuatro años. Ha tenido que «desempolvar conceptos». Menos polvo tenían los de Nuria, que tras su salida de la Escuela se montó en La Roulotte Teatro.

Noveles y veteranos andan estos días compartiendo la cuenta atrás... Tres, dos, uno...

tracking