El Correo de Burgos

Cubos de agua, a escena en La Parrala

Las lluvias de la última semana han provocado inundaciones en salas de ensayo y almacenes. Diez calderos aún recogen restos en el gimnasio

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Los cubos de agua vuelven a ser actores protagonistas en La Parrala. Los moradores del Centro de Creación Escénica no pudieron acabarse el pincho de morcilla el pasado viernes. Los integrantes de Cal y Canto dieron la voz de alarma. Entraron al antiguo colegio de Parralillos y se lo encontraron convertido en un pequeño lago. Pasillos intransitables; la llamada sala circular, de uso común, anegada de un agua que no dejaba de caer por los radiadores de la calefacción; el denominado almacén de gira con chorros a borbotones; y el gimnasio sudando a mares por culpa de la rotura de su canalón, que aún ayer necesitaba de diez cubos estratégicamente distribuidos para recoger los restos de las intensas lluvias que han estropeado una parte del suelo, cambiado el año pasado, y han puesto de nuevo sobre la mesa los problemas estructurales de este edificio municipal.

A pesar de la dantesca imagen, provocada, creen, por el mal estado de bajantes y arquetas, el azar y la rapidez de acción impidieron que el agua afectara al numeroso material de los más de veinte grupos que trabajan a diario en este inmueble y que en esta última semana han tenido que espantar viejos fantasmas, los que les persiguieron años atrás con las persistentes goteras, felizmente ya desaparecidas.

La junta directiva de La Parrala compartirá hoy estas deficiencias con el concejal de Cultura, Diego Fernández Malvido, en una reunión fijada con anterioridad en la que le expondrán la necesidad de revisar la canalización de las aguas subterráneas y la instalación de una puerta de emergencia, con la consiguiente habilitación de la salida, en el salón de actos.

La Parrala considera que se podrían evitar estos sucesos si el Ayuntamiento realizara un mantenimiento continuo en estas instalaciones. No piden mucho. Una vez al año. Creen que sería bueno para todos. «Cada año tenemos subvenciones para obras, pero no son suficientes porque los desperfectos son muchos. Si se hicieran estas revisiones, cada vez habría que invertir menos en esas ayudas», señalan y remarcan que no sería tirar el dinero, sino destinarlo a un equipamiento de uso diario e intensivo.

En los últimos años, ellos mismos han asumido obras de ampliación de algunas salas, así como la limpieza del tejado del edificio central, pero creen que la canalización del agua, que parece ser el problema actual, es de mucha envergadura. Incluso a finales de 2009, el Consistorio redactó un proyecto con todas las necesidades de La Parrala para su posible inclusión en el Plan E. Finalmente no pudo ser. El documento duerme el sueño de los justos en un cajón esperando tiempos mejores.

Son conscientes de la situación de crisis económica. Lo saben y lo asumen. Por eso piden una atención mínima para un lugar que, además de ser la sede de trabajo de los teatreros de la ciudad, es un escenario abierto al público. Recuerdan que en sus instalaciones programa el propio Ayuntamiento dentro de los festivales Escena Abierta, Noche Blanca o EnClave de Calle. En otoño darán un paso más y acogerán espectáculos del ciclo Cultura en tu barrio del Instituto Municipal de Cultura.

Igualmente en los últimos meses se han preestrenado montajes de las compañías residentes. La Parrala cree que estas citas podrían ser más frecuentes y animar así el barrio. Para ello necesitan la instalación de la citada puerta de emergencia. Una alternativa factible hasta que corran tiempos mejores y se pueda vislumbrar el viejo sueño de hacer del gimnasio una sala alternativa.

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