El Correo de Burgos

Cómo apoderarse de la vida de otro

Ramón Fontseré, de Els Joglars, imparte el curso Del actor al personaje en La Parrala

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

La relación entre Els Joglars y La Parrala viene de lejos. Los miembros de la compañía catalana visitaron estas instalaciones hace años y salieron maravillados de la iniciativa. Después alguno ha regresado a dar talleres y compartir experiencias. Estos días le ha tocado a Ramón Fontseré. Era la primera vez que se colocaba la bata de profesor en el Centro de Creación Escénica burgalés. Lo hacía para impartir el curso Del actor al personaje, clausurado ayer.

Veintiséis teatreros, diez como oyentes, han participado en esta convocatoria. Actores y actrices profesionales y aficionados. Cuenta el presidente del espacio, Fernando Ballesteros, que se han cubierto todas las plazas ofertadas. La mayoría son gente de Burgos, aunque el eco de la presencia del integrante de Els Joglars llegó lejos y dos actrices de Zaragoza cogieron la maleta, sin saber que aquí además son fiestas. Miel sobre hojuelas.

«Está siendo muy interesante. Lo más bonito es verle trabajar a él, cómo crea los personajes, porque es un lujo tener a una persona que lleva tantos años sobre el escenario, que es Premio Nacional de Teatro», comentaba el viernes Ballesteros, también actor y uno de los alumnos.

Ramón Fontseré explicaba antes de meterse en faena que su plan era trasladar al antiguo colegio de Parralillos lo que hacen los actores de Els Joglars cuando terminan una gira. «Pasamos unas semanas haciendo una especie de vaciado, para quitarnos los tics que vas coleccionando durante las representaciones. Luego hacemos unos ejercicios para divertirnos durante un par de semanas y poner el cuentakilómetros a cero e iniciar un nuevo espectáculo», dice el artista de Els Joglars, que ayer inició las funciones de 2036 Omena-G en el Teatro Principal, en cartel hasta el martes.

Estos ejercicios a los que se refiere el actor son sencillos: «Se trata de hacer acciones teatrales con música, interpretar papeles bases, muy, muy sencillos para quitarte esas manías y también es necesario un trabajo de observación, de absorber los estímulos gestuales, los ritmos de los personajes a los que vas a dar vida».

La clave está, precisamente, en dar juego a esos impulsos rítmicos. «Si vas a llevar a escena a un personaje real, a Pujol o a Aznar, por ejemplo, no necesariamente tienes que parecerte físicamente a él si eres capaz de retenerlos», matiza Fontseré.

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