El Correo de Burgos

Gafas para ver mejor el Camino

La exposición 'La realidad virtual en el Camino de Santiago', con los hitos de la ruta, se traslada al Arco de Santa María hasta el 26 de agosto

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Dos modelos distintos de gafas esperan al visitante en el Arco de Santa María. Unas de cartón blanco y cristales falsos rojos y verdes aptas para la luz. Otras negras de castizo estilo Caiga quien caiga para las tinieblas. Unas y otras guían al caminante por La realidad virtual en el Camino de Santiago, la exposición que recrea los hitos de la ruja jacobea que tras permanecer quince días en la Catedral atraviesa la plaza del Rey San Fernando para acercar el tramo burgalés a los urbanitas. El viaje en esta ocasión tiene carácter gratuito y se podrá realizar hasta el 26 de agosto (de martes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 21 horas y domingos de 11 a 14 horas).

Un peregrino con bordón y vieira da la bienvenida al visitante y le inclina a la izquierda. Allí dos pantallas táctiles proponen una travesía aérea por la Catedral de Burgos y un reconstruido San Juan de Ortega, que la magia de las nuevas tecnologías deja como nuevo sin necesidad de inversiones millonarias ni plazos de tiempo sin fin.

Un paso más y un alegre azafato ojo avizor está al quite con las gafas anaglíficas rojo-cian, nombre científico de los anteojos, necesarias para ver las imágenes estereoscópicas -continúa la nomenclatura técnica- que jalonan un paseo que parte de Redecilla del Camino.

La pila bautismal del primer pueblo jacobeo burgalés da paso a otros lugares destacados como la plaza de Belorado, la ermita de Tosantos y la de Nuestra Señora de Oca, San Juan de Ortega, San Pedro de Cardeña, la Catedral de Burgos...

Varias pantallas preceden el paso a lo oscuro. Colocadas las gafas polarizadas, la negrura absorbe a quien se asoma. Y allí un vídeo de poco más de ocho minutos se regodea de nuevo en los principales monumentos que animan los kilómetros que separan Redecilla del Camino y Burgos.

Un campo de margaritas y una bucólica imagen enmarcada por almendros introducen una lección de historia que arranca, otra vez, con la pila bautismal románica de Redecilla del Camino. Fotografías y recreaciones dan vida a este paseo en el que se reconstruyen edificios ruinosos como el citado San Juan de Ortega o la ermita de la Virgen de la Peña de Tosantos.

El último atracón santiaguero dura tres minutos y es un menú para el caminante compuesto con una sucesión de fotografías.

No llegará el peregrino virtual a Santiago ni conseguirá sellar la compostela, pero sí conocerá, y a fondo, la historia y el arte levantado a la vera de la llamada calle mayor de Europa. Esa es por lo menos la intención de La realidad virtual en el Camino de Santiago. «El objetivo es la puesta en valor del patrimonio histórico y artístico de la provincia», comenta Luis Sanguino, director de Arte Historia, empresa creadora de esta senda alternativa, anfitrión de los primeros urbanitas en transitar por ella.

Pasaron un rato divertido el delegado territorial de la Junta, Jaime Mateu, el alcalde accidental, Javier Lacalle, o el presidente de Adeco Camino, Eduardo Francés.

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