El Correo de Burgos

La historia de un cartero rural contada en blanco y negro

Los Kikolas estrena 'Sin remite' el sábado en el Festival de Aguilar de Campoo

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Los niños del siglo XXI son expertos en nuevas tecnologías, pero a años luz les queda la emoción ante una carta de remitente manuscrito. El buzón ha dejado de ser hogar de las postales de las vacaciones, los sobres multicolor de viejos amigos o la felicitación cumpleañera para serlo casi en exclusividad de facturas y más facturas. Los Kikolas, oseasé Quique Méndez y Kike Sebastián, se resisten a perder ese pálpito y reivindican al cartero rural en su último espectáculo, Sin remite, que estrenan el sábado en el Festival de Artistas Callejeros ARCA de Aguilar de Campoo y que estará en Burgos en el Festival EnClave de Calle en septiembre.

«Esta figura se está perdiendo. Nosotros la queremos rescatar porque va más allá de la persona que deja las cartas, el cartero en un pueblo es un personaje muy cercano, muy directo, al tanto de todo como puede ser el panadero», amplía Quique Méndez, quien se mete en la piel de Jean Philippe, Juan Feliz para los amigos, y que por primera vez estará solo en el escenario. Su otra mitad se queda entre bastidores para supervisar este montaje dirigido por Pep Vila, miembro de Els Joglars.

Jean Philippe tendrá que enfrentarse a los increíbles problemas que a veces presenta la entrega de cartas y paquetes, se verá obligado a utilizar dispares artilugios -bicicletas, bolas, un baúl, un globo...- y todo sin decir ni mu. ¿O sí? ¿Dice usted algo, señor Feliz?

Circo y teatro cuentan esta entrañable historia, que se plantea -cuenta Méndez- como un juego: «Queríamos que todo fuera divertido, técnicas, personaje y relación de éste con el público, pasándolo por el tamiz del teatro».

Y para cumplir este deseo se han dejado llevar por un humor más gestual que el de sus anteriores espectáculos, una interpretación con muchas reminiscencias del cine clásico de golpes, de tropezones, de desastres absurdos... de la llamada comedia slapstick, creada en los cincuenta por el cómico francés Jacques Tati, auténtica musa de Los Kikolas en este montaje en el que por primera vez han contado con producción externa (Caja de Burgos, Ayuntamiento y Junta).

Piano en directo en sala

Teatro gestual, circo, magia cómica, gags visuales... se aúnan en esta pieza que tras su estreno en calle iniciará su adaptación a sala. Aquí, la principal novedad que sus creadores introducirán será la incorporación de un pianista en directo. «Estamos muy ilusionados con esta idea. Sería la primera vez que trabajamos con música en vivo y significaría un paso más adelante para la compañía», explica Quique Méndez. Y es que cuando Los Kikolas dan a la manivela del tiempo ya ven tras de sí una larga historia iniciada hace ocho años, con cinco espectáculos en cartera, aunque sólo tres -Sin remite, Dr. Ficante, Malabartistas de calle- estén en gira. Una tournée que, a juzgar por la ristra de fechas que cuelga de su página web (www.loskilolas.com), no entiende de crisis. Los quikes se han subido a la furgoneta para recorrer los pueblos de España y no bajarán, con un octubre desértico, hasta noviembre... de momento.

El bolo más especial para Quique Méndez

Como el turrón, Quique Méndez vuelve todos los años a Aguilar de Campoo. Allí su corazón late de manera especial. Más si cabe cuando en el equipaje trae un nuevo «estreno, estrenísimo» como es el caso de Sin remite. En su Festival de Artistas Callejeros se dejó seducir por el teatro hace dieciséis años. Tenía catorce o quince cuando empezó a echar una mano en su organización y ya no bajó de la roulotte. El ARCA es una cita ineludible en la agenda de Los Kikolas. «A mí me hace especial ilusión estrenar en esa Plaza Mayor porque es mi pueblo y están mis padres, mis tíos...», explica el artista de la casa.

Pero la participación de la compañía burgalesa en esta cita del verano palentino no se limita a subirse al escenario. Ese más allá se traduce este año en la organización de una charla con los integrantes de la ONG Payasos en Rebeldía, que explicarán sus problemas para entrar en Palestina, donde volverán para organizar un festival en octubre. Y al que Los Kikolas no quieren faltar.

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