El Correo de Burgos

El baile que cierra los ojos y abre el corazón

La noche del sábado se mueve a ritmo de tango en El Espolón con la Milonga del 27. Los 54 socios de la asociación sumados en sólo dos años de vida constatan su tirón

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

El tango es puro sentimiento. No es cuestión de aprenderse unos pasos de memoria ni de medir el vuelo de la falda. Se trata de cerrar los ojos y abrir el corazón. Lo dicen quienes viven este baile llegado de la Argentina y que ha desembarcado con ímpetu en la capital burgalesa. Lo saben Antonio Blanco y Jesús Santamaría, dos de los componentes de la Asociación Milonga del 27. Dos años de vida. Cincuenta y cuatro integrantes. Todos burgaleses. Ni un argentino. Más hombres que mujeres, pero sin una desproporción desmesurada como suele ocurrir cuando de danzas se habla. Una media de edad de entre 30 y 50 años, más joven que lo acostumbrado en este mundillo, que se eleva entre los 50 y los 70.

La Milonga del 27 viste de negro la noche para acercar el tango y el resto del folclore argentino a los burgaleses y turistas. La zona de los Cuatro Reyes en el paseo del Espolón se convierte hoy en una pequeña Mar del Plata entre las 22 horas y la una de la madrugada.

Tres horas bailando sin cesar los tangos que un día compusieron D'sarli, Pugliese o Hugo Díaz con su inseparable armónica o los que hoy cantan Otros Aires y Adriana Varela. Gardel es la voz, pero dicen, no se baila tanto como otros. Le falta ritmo, cadencia musical.

El tango no es solamente uno. Hay distintos tipos. La Milonga del 27 mantiene en su repertorio el clásico, el valsecito o vals criollo -música de vals con pasos de tango-, la milonga propiamente que lleva un ritmo más vivo, más rápido, y el tango nuevo, con fusión electrónica. No todo es tango y también incorporan la chacarera, danza folclórica del país albiceleste.

Y, por supuesto, cuida el estilismo. Se puede bailar con chanclas y bañador pero -convienen Blanco y Santamaría- no es lo suyo. ¿Qué es lo suyo? Lo suyo es que ambos bailarines luzcan elegantes. El negro es el color del tango. Pero no es el único. Los atrevidos apuestan por el rojo, el blanco, el marrón... En ellos siempre está el sombrero gardel, pantalón de raya, camisa de manga larga y chaleco. En ellas, vestido con vuelo, nada de estrecheces y si las hay, con aberturas para dejar ver la pierna al voltear. El imprescindible: el tacón.

Antonio Blanco y Jesús Santamaría hablan de milongas. Qué es. Es un encuentro de tangueros. La Milonga del 27 se reúne todos los domingos, sin faltar uno, en el pub Coliseum. Pero también salen a la calle. Les gusta hacer dos o tres espectáculos en Burgos y otros tantos en los pueblos de la provincia. Son fijos en la Noche Blanca. Y viajan. En cuanto hay una milonga de Madrid para arriba allá se presentan. San Sebastián, Zaragoza, Valladolid, Salamanca...

La Milonga del 27 empezó a ser en una academia de baile. Unos cuantos quisieron retener los pasos del tango cuando la salsa y la bachata le relegaron a un segundo plano y comenzaron a quedar los domingos en la sala Estudio 27. Empezaron siendo 18 y ahora son 54. La rapidez con la que ha crecido el grupo constata el interés por el tango existente en Burgos. «Atrae a la gente, aunque es bastante minoritario en todos los sitios. Es un baile que gusta verlo pero desde lejos porque se tiende a pensar que su interpretación es muy difícil, pero no lo es tanto. Eso sí, en dos días no se puede bailar como se hace después de catorce años», observan Blanco y Santamaría.

Localizados en...

Pub Coliseum. La Milonga del 27 se reúne todos los domingos en el pub Coliseum (Las Huelgas) a las 20 horas. No faltan una semana.

lamilongadel27.blogspot.com. La agenda de este grupo de tangueros se actualiza con frecuencia en el blog que mantienen en internet. Sólo hay que teclear http://lamilongadel27.blogspot.com/

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