El Correo de Burgos

La apuesta por el rigor del amor de un viejo roquero y 'chilatero'

Djah End graba su quinto disco de chill out, 'Rigor amoris', en el Sex Café

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Djah End es un viejo roquero, un viejo chilatero y un soñador. Cree que otra música es posible y en ese camino anda. Inició su trayecto a finales de los ochenta. El rock era su fe. Pero no podía poner puertas a una mente inquieta. Y a mediados de los noventa empezó a adentrarse en el mundo de las nuevas músicas. Sus sesiones se trufaron con pinceladas de hip hop jazz, del movimiento Manchester... «Quería hacer más dulce la música frente al rock. La idea era abrirse a otros sonidos», dice José Ramón Ibáñez siendo todavía Djah End.

El último capítulo de esta historia se comenzó a escribir el sábado por la noche en el Sex Café con la grabación de su quinto disco: Rigor amoris. Iban a acompañarle The Nu Madafakas, oseasé Jorge Jiménez (guitarra) y Rubén Esteban (bajo), pero no pudieron acudir. La jam session prevista se quedó en algo menos, aunque pronto se verán las caras de nuevo.

Rigor amoris (rigor del amor) es chill out, como sus cuatro discos anteriores. «Es, como decían en su día, música para bailar tumbado. Para que baile la neurona. No es para que la gente esté de pie moviendo el cuerpo», pinta Ibáñez, quien lamenta que sea un sonido minoritario. Ni lo quieren los roqueros ni lo aprecian los aficionados a la electrónica. «Es un estilo limitado, está de moda la palabra, pero el chill out no existe».

¿Qué es el chill out? Djah End se explica: «Era una zona que se puso en los grandes festivales a la salida para que la gente, antes de coger el coche, se calmara y descargara la energía que traía de dentro. Era música para relajarse. Y a partir de ahí surgieron estilos. Empezó a hacerse en los años noventa y dio lugar a formas de crear. Pero después sólo han salido recopilatorios y lo que tiene la gente en la cabeza como el Café del Mar de Ibiza y cosas parecidas. Se habla mucho de ello pero dónde está».

Recuerda Ibáñez que el primer chill out en Burgos se hizo en El Patadón y que ya entonces era minoritario, mucho, aunque él ha podido mantener el tipo.

Djah End nunca ha cejado en el empeño de darle vidilla a la mesa de mezclas. Con este fin el pasado mes de febrero presentaba, junto a sus socios, Industrial Reserva, un nuevo colectivo nacido para el fomento de la música electrónica en directo y para el apoyo a los creadores que se dedican a ella diferenciándose de lo que es una simple sesión dj.

Pero las inquietudes de José Ramón Ibáñez van más allá de la música. Ésta rivaliza con la literatura por sus mimos. La poesía ocupa un lugar especial en su creación. En su myspace comparte estos versos con los internautas. El viejo roquero es viejo chilatero, pero también un viejo poeta que no vive en su palacio particular si no que baja a la calle, se cruza con los ojos de la gente en los bares y lucha por quitar los candados a la cultura.

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