El Correo de Burgos

«El cine es un cúmulo de oficios muy especializados y ninguno debe fallar»

Fernando Jover, ex profesor del Área de Comunicación Audiovisual, volvió a la UBU para presentar su cortometraje 'Champagne Supernova'

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Burgos

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L. B. / Burgos

Fernando Jover prefiere no hablar demasiado de la trama del cortometraje que ayer presentaba en el salón de Económicas de la UBU. Más que nada porque hablar demasiado puede suponer, como ha ocurrido en alguna ocasión, desvelar lo que no se debe, lo que de hecho brinda al filme Champagne Supernova la chispa que le ha valido hasta la fecha casi medio centenar de selecciones en festivales nacionales e internacionales y un puñado de premios también aquí y allá.

Prefiere hablar del reto que le ha supuesto mantener al espectador enganchado a la pantalla durante quince minutos, pendiente del juego narrativo que se marcan los dos únicos personajes en el salón de la vivienda que sirve como escenario. «Recibí simplemente los diálogos. La idea me gustó mucho y empecé a pensar en cómo evitar que el público se fuera o se perdiera. Apostamos por introducir elementos de despiste y pistas sutiles para atrapar», explica. Mientras, en el salón donde aguarda la pantalla desplegada, toman asiento alumnos y profesores del Área de Comunicación Audiovisual, estos últimos, antiguos compañeros de faena. Jover impartió clases relacionadas con su pasión, el cine, en los primeros años de esta enseñanza en Burgos.

Lo de ayer era pues un regreso, en compañía, aunque virtual, claro, de la actriz Assumpta Serna, que protagoniza el cortometraje junto al joven David García al que en la película la primera solicita sus singulares servicios, y un gran equipo, más de treinta personas, «de amigos y alumnos» que han hecho posible -además de los 48.000 euros que ha requerido- una historia que propicia cierto debate por el tema que aborda «de forma abierta», un tema «controvertido aunque más real de lo que pensamos y sobre el que no estamos acostumbrados a hablar», precisa 'misterioso' el autor, docente y en este caso director y coguionista, aunque de profesión y vocación director de fotografía.

Sobre el cortometraje, como formato, Jover asegura que aunque todavía queda camino por recorrer, «se hacen cortos de mucha calidad y cada vez con más medios, han dejado de usarse como plataforma experimental para ser una apuesta en sí misma».

Una apuesta a la que tras muchos largometrajes a sus espaldas y alguno pendiente como director, a espera de financiación, no ha podido resistirse. «Es una sensación diferente, es como un capricho. Brinda la oportunidad de ser más artesanal y de trabajar con amigos, algo que en un largometraje es más complicado», indica y acto seguido detalla un par de proyectos de este estilo en los que participará.

Como docente, a Fernando Jover no le resulta difícil aconsejar a quienes llegan al aula convencidos de querer consagrarse al cine. «Lo que tienen que hacer es conocer todo lo que implica para poder elegir, el cine no deja de ser un cúmulo oficio y además muy especializados. Una película es una cadena de muchos eslabones y ninguno puede fallar. Hay mucha gente que tras conocer la realidad del cine se da cuenta de que no era lo suyo», explica y reconoce que tampoco las instituciones educativas que ofrecen estas enseñanzas lo suelen tener demasiado claro. «No tienen ni idea de lo que se meten cuando apuestan por ello y mucho menos del dinero que supone ofrecer algo decente, ofrecer calidad y satisfacer las demandas de los alumnos. Hacer cine no consiste en comprarse una camarita de 4.000 euros y juntarse con unos amigos. Hay que trabajar duro, coordinarse, pensar en lo que se va a hacer, llegar a acuerdos creativos y establecer la concepción estética de la película y eso lleva tiempo», apostilla.

 

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