El Correo de Burgos

«La música de Cabezón se adecúa muy bien a los nuevos tiempos»

Antonio Ezquerro, del CSIC, abre el simposio sobre el compositor y aboga por su mayor divulgación consciente de que «no es un 'best seller'»

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Antonio de Cabezón no es Julia Roberts, ni la moqueta gris de Cultural Cordón la alfombra roja del Festival de Venecia y poco se parecen los fanes pidiendo autógrafos a los bolardos de obra de la calle Santander. El Simposio sobre el compositor de Castrillo Matajudíos, iniciado ayer en la capital burgalesa, no destila el glamour de los grandes festivales. Ni lo pretende. Los expertos y aficionados que participan en él son muy conscientes de que se mueven en tierra de minorías. No les importa. Ellos se colocan el antifaz, se convierten en superhéroes y llegan para rescatar, reivindicar, poner en su sitio y divulgar la vida y obra del considerado Bach español. Y lo hacen con los pies en el suelo.

Apenas llegaron a treinta los asistentes a la inauguración. Se sentaron en las butacas los que ya conocen la importancia del que fuera músico en la Corte de Carlos I y Felipe II, entre ellos el vicepresidente de la Sociedad Española de Musicología, José Antonio Gómez, y los miembros del comité científico del encuentro Ismael Fernández de la Cuesta y Miguel Bernal, y los que tienen que estar porque cargo obliga. Léase el presidente del Cabildo, Juan Álvarez Quevedo, el concejal de Cultura, Diego Fernández Malvido, o el jefe de Gestión Cultural de Caja de Burgos, Óscar Martínez.

Una puesta en valor

Cortada la cinta imaginaria y tomado el pertinente café, Antonio Ezquerro, ex director del departamento de Musicología del CSIC, fue el primero en abordar la figura de Antonio de Cabezón. Él adelantó que en breve aparecerá una completa edición de seis volúmenes con todas las composiciones del autor, «no sólo las de órgano, sino también las piezas a cinco y seis voces, más difíciles de editar», un facsímil con las obras publicadas por su hijo Hernando en el siglo XVI y una serie de estudios sobre este artista «con el fin de relanzar el repertorio organístico español a nivel mundial». Él expuso la casi imposibilidad de sacar a la luz nuevas composiciones de Antonio El Ciego, como aparecen firmadas algunas partituras atribuidas al músico invidente desde niño. Y aunque reconoce que este tipo de encuentros son muy especializados, sí los ve como un granito más para difundir al personaje.

«Hay que ser consciente ante quién estamos, no es un best seller. Es una música específica, culta, pero no quita un ápice de importancia. Es algo que tenemos que velar y transmitir y lo bueno de la música de Cabezón es que se adecúa muy bien a los nuevos tiempos. Esta recuperación de la música antigua abre nuevas perspectivas de aproximarnos a este sonido, quién nos dice que a partir de ella no se haga jazz, por ejemplo. No hay que ser tan elitista, ni cerrado, es bueno que haya mucha gente que se acerque a la música de órgano», expone.

Más enérgico se mostraba el músico José Luis González Uriol, que interpretó un concierto de clavicordio por la tarde. «Este simposio es uno de los encuentros más justos que podría haber en esta península ibérica porque Antonio de Cabezón ha sido el gran olvidado de nuestro patrimonio musical. Se ha dicho mucho que De Cabezón es el Bach español pero no le hemos hecho demasiado caso», ilustraba y esperaba que esta cita sirviera para difundir su nombre, conocer su vida y poner en marcha proyectos como la edición de sus obras. Dice más: «Es el hombre que crea la base para una gran aventura musical». Tal vez aquel niño ciego de un pequeño pueblo burgalés no tenga tanto que envidiar a Julia Roberts. Tal vez.

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