Viaje en el tiempo por Fernán González

A.S.R. / Burgos

Ahora es, sobre todo, una calle de noche, cómplice de la luna, pero su adoquinado, sus edificios y su cielo han escrito páginas y páginas de la historia más noble de la ciudad y de las más íntima, más anecdótica, más viajera, más miserable... Rafael Yzquierdo Perrín ha atrapado todas estas miradas en el libro Calle Fernán González (San Llorente, Coronería y Tenebregosa), el primero de la serie Calles burgalesas, publicado por Ediciones Beta.

«Me enamoré de esa calle», dice Yzquierdo Perrín con timidez pero convencido de sus palabras. Quería iniciar una serie sobre vías capitalinas y tropezarse con la Fernán González fue todo un flechazo para él. «Me quedé con ella. No lo dudé porque además es de las más importantes de la ciudad», comenta el escritor, quien lamenta que las luces que la alumbraron en otras épocas sean ahora sombras, aunque en los últimos años haya sufrido un lavado de cara urbanístico, muy aplaudido por Yzquierdo Perrín. Unas palmas que para un instante para tirar de las orejas a quien corresponda. Y es que cree que los responsables políticos no han sabido sacar lustre al llamado Paseo de los Monumentos, entre el Arco de San Martín y el de Fernán González, donde se encuentra el Solar del Cid y el mausoleo del Empecinado. Considera que ésta hubiera sido la mejor ubicación para los restos del político Manuel Ruiz Zorrilla, trasladados recientemente al Burgo de Osma.

Se emociona al viajar al pasado y recordar que en esta vía vivían los incipientes banqueros, hacían negocio los mercaderes, pasaban los peregrinos camino a Compostela -por lo que estaba cuajado de hospitales y de iglesias-, era la elegida por los grandes señores para levantar las ermitas que después se convertirían en sus sepulturas, fue el lecho de muerte del famoso Tío Camuñas, acogió la sede de la Casa del Pueblo y del periódico La Voz de Castilla...

Una calle con una historia sin fin. La Fernán González inaugura una colección que continuará, a poder ser, con La Paloma, Laín Calvo y Almirante Bonifaz. Esto será después de la aparición de un cuento sobre, precisamente, este personaje y la reedición de la obra sobre horrores legales.