«La gente ya sabe que somos más que la banda de Bimba Bosé»

A.S.R. / Burgos

The Cabriolets llegó, vio y venció. Tres años le ha bastado a la banda madrileña para hacerse un hueco importante en el panorama musical nacional. Esta carrera fulgurante vivirá su momento estelar en marzo con el viaje a Estados Unidos para participar en el Festival Internacional SWSX (South By Southwest) en Texas. Pero antes hacen parada y fonda en la capital burgalesa. Presentan mañana (23.30 horas, 10 euros) su segundo trabajo, Close, en El Hangar.

«Es un disco para escucharlo en directo, es un cambio importante respecto al anterior (Demo)», comenta Diego Postigo, bajista y uno de los fundadores.

La historia del grupo se empieza a escribir en 2007 cuando Postigo y David Unison, el anterior batería, se conocieron en un concierto de sus anteriores bandas. Empezaron a trabajar juntos. Una batería y un bajo. Solos. Sin más. Luego se sumó Bimba Bosé.

«Era algo muy casero, un proyecto muy personal, que empezó a difundirse por la red y así acabamos en Nueva York para grabar nuestro primer álbum. Fue una experiencia buenísima. A partir de ahí todo ha sido un no parar de conciertos, de discos», narra.

Este no parar no les ha impedido, sin embargo, darse cuenta de todo lo que están consiguiendo. Han ganado seguridad y confianza, sienten a un público fiel y ven en la música una vía de trabajo abierta en un campo como el creativo tan inestable. Un mundo en el que ellos no se han planteado ninguna meta. No tienen techo: «Queremos seguir sacando discos. No es tan fácil hoy en día hacer música y para nosotros era inimaginable poder grabar un segundo trabajo, un tercero..., girar por Estados Unidos como vamos a hacer... Vamos poquito a poco, con tesón, con dedicación...».

Postigo, como la mayoría de los músicos, escapa de etiquetas, pero sitúa a The Cabriolets en la onda de «una música abierta, con muchas influencias, pero con la energía del rock, sobre todo este disco, que es muy roquero, porque está grabado en directo para presentarse en directo, que es como mejor se entiende».

Por las noches de escenario, de complicidad con la luna y calor humano, de ruido de hielos y humo de cigarro apuesta el grupo madrileño. ¿El directo es el presente y el futuro de la música? «Siempre lo ha sido. Si una cosa buena tiene la crisis de la industria discográfica es que al final te tienes que hacer valer en directo, pero nosotros siempre hemos sido una banda de escenario, y eso nos salva».

¿Les salva también la presencia de Bimba Bosé, un rostro conocido, con tirón por su faceta de modelo, de sobrina, nieta de? ¿Es un buen márketing?: «Para bien y para mal. Con el recorrido que llevamos la gente ya sabe que no es la banda de Bimba, sino que hay más músicos. Hay gente que tendrá sus reticencias por su presencia y otros que le guste porque esté ella. Tiene las dos vertientes. Es un arma de doble filo».