El Correo de Burgos

LA ENTREVISTA DEL LUNES Óscar Martín

«Me subiría a un barco de papel para viajar a mi interior»

Polifacético creador, lo mismo diseña el trofeo de la Muestra de Fuegos Artificiales que sorprende en el Escena Abierta. Fue el primer homo burgalés con faldas y a lo loco y es un incansable hacedor de nuevos caminos. Para avanzar en el de la vida huye de los que él llama limitadores, aunque sabe que su peor enemigo es Óscar Martín.

-

-

Burgos

Creado:

Actualizado:

P.- ¿Qué enemigos debería desfacer el Cid de la A-1 si entrara hoy en la ciudad de Burgos?

R.- El Cid que yo hice no está para resolver entuertos, está para proteger la ciudad, de muchas personas que vienen y creen que Burgos es lo que no es o lo que era. Ahora es una ciudad diferente. Vine a vivir hace doce años, había estado mucho tiempo fuera, y me encontré una ciudad nueva y distinta, dinámica y viva, moderna y contemporánea.

P.- ¿Cómo sería la escultura que brindaría a San Sebastián como ganadora de la Capitalidad Cultural Europea en 2016?

R.- Este título siempre ha intentado promover el sentimiento de comunidad y la ciudad que hubiera ganado, porque era un concurso y cualquiera podía vencer, tiene que hacer un espíritu de comunidad, al que todos se suman, pero cada uno con sus conocimientos. Esa escultura representaría un grupo de personas con un interés común.

P.- ¿Y como premio de consolación para el resto de finalistas?

R.- Lo mismo porque creo que todas han ganado, por dos motivos: primero, porque han hecho un gran esfuerzo para vencer y segundo, porque el verdadero galardón sería aprender de lo que ha supuesto presentarse y estar ahí para ser conscientes de qué somos capaces, de qué hemos hecho bien y mal y tener un espíritu crítico. Muchas veces la crítica se confunde con la envidia o el ataque y ni es una cosa ni otra, sino que está para mejorar, y tampoco se puede considerar como la verdad absoluta. Pero sí hay que recibirlas para aprender de ellas. Si lo hacemos como un ataque no estamos abiertos a mejorar ni a crecer ni a sumar.

P.- ¿Qué momento de su vida artística culminaría con una sesión de fuegos artificiales?

R.- Muchas porque tengo la suerte de que me emociono con cosas que para otros son insignificantes. Tengo la fortuna de que cuando acabo una obra, cuando la veo terminada en mi estudio, me siento lleno. Pero también en las relaciones humanas. Si una persona consigue superar un obstáculo también me emociono o cuando llego a entender algo de mi camino. Y, de alguna forma, aunque no haya fuegos artificiales físicos los hay emocionales y se saltan las lágrimas de alegría.

P.- ¿A qué personaje público burgalés entregaría el premio al mejor lanzador de fuegos de artificio?

R.- Cada uno es consciente de lo que hace y de lo que dice, todos tenemos ese punto en nuestro camino en algún momento y hay que destacar lo bueno, lo malo es mejor que cada uno lo supere para que se convierta en algo especial. No me gustan los premios a lo negativo. Aquí todos metemos la pata, yo el primero, y se trata de que te apoyen para que la próxima vez no lo hagas, no de que te pongan el cartel para toda la vida.

P.- ¿Por estar en qué museo vendería su alma al diablo?

R.- Yo al diablo no le vendo nada porque es la mafia y con ella no trato. Con él no quiero saber nada, de momento, aunque las tentaciones siempre están presentes.

P.- ¿Y si se trata de elegir un centro sin dar nada a cambio?

R.- Me gustaría estar en todos en los que mi obra se pudiera ver con una buena luz, buen horario y mucho público. Pero de momento me encantaría estar en el CAB, que es el de mi ciudad.

P.- ¿Y en la plaza de qué ciudad o pueblo?

R.- Aquí en Burgos porque la que tengo está fuera. Me encantaría que el Ayuntamiento tuviera el interés de poner una escultura mía en la ciudad en la que habito.

P.- ¿Qué le parecen las que se convertirían en sus compañeras de juegos en este parque escultórico?

R.- Hay de todo. Las obras de marca blanca, las que hace la fundición de Eibar, están bien como mobiliario urbano, como el que pone un banco o una farola pero Burgos se merece creaciones con personalidad, que la definan, que sean únicas y hagan ciudad. Las otras están bien para lo que son, para decorar, pero no son esculturas. No hay que equivocarse.

P.- ¿Qué importaría de Senegal a España?

R.- El espíritu a la hora de conducir. La gente no se pica tanto, aquí cuando estamos en el coche creemos que tenemos doscientos metros para nosotros solos.

P.- ¿Y de la India?

R.- Me gustó que allí cada uno se busca la vida como puede. Es muy importante no doblegarse ni resignarse.

P.- ¿Por llegar a dónde se subiría a un barco de papel?

R.- Por llegar a mi interior con pleno conocimiento.

P.- ¿Qué disciplina artística de las muchas que practica elegiría para definir el momento cultural que vive ahora Burgos?

R.- Burgos ahora mismo está en un proceso de construcción, como cuando uno modela, de adicción y de sustracción.

P.- ¿Es una escultura, una performance...?

R.- Es una acción escultórica.

P.- ¿Cuándo se dio cuenta de que era un hombre nuevo?

R.- No me he dado cuenta todavía, sigo siendo quien soy y voy cambiando día a día. Cuando uno está dentro de uno mismo no se percata del cambio, lo hacen los demás.

P.- ¿Cuántos besos luminosos le quedan por dar?

R.- Los besos luminosos son permanentes, son luz y están siempre a nuestra disposición.

P.- ¿Quién necesita recibir más?

R.- Todos necesitamos cariño y amor siempre. Por nuestro camino siempre pasan momentos en los que la luz nos hace avanzar y tener entusiasmo y alegría para continuar. La luz es el camino, no el final.

tracking