El Correo de Burgos

LA ENTREVISTA DEL LUNES / ALICIA BENITO

«Mi cuento favorito es Cenicienta.Me gustaría hacer de princesa alguna vez»

El teatro la picó en su ciudad natal y emprendió una carrera en ascenso que le llevó a Madrid, Ibiza, París, Atenas o Haití. El hospital se ha convertido en su segunda casa, a la que no entra en verano, que gira, gira y gira. Su vis cómica la ha convertido en el fichaje estrella en las últimas producciones de las compañías locales y en su baúl esconde a una secretaria, a una diva de los años 30, a un emisario real...

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Busca, busca y rebusca en su mochila y encuentra su nariz roja. Se la pone para retratarse. Y antes de que el flash la deslumbre queda claro que le fastidian los eternos prejuicios sobre los payasos.Esos que los sitúan en un mundo de colores y permanentemente frente a un público infantil. Cuando se quita la nariz roja, empieza la ronda...

Pregunta- Alicia, ¿cuál es su país de las maravillas?

Respuesta- No lo sé, quiero ir primero a todos para decidir con cuál me quedo.

P.- Sin su nariz roja, usted no va...

R.- ... ni al hospital, ni a hacer ciertas actuaciones, ni de viaje, que siempre me la llevo.

P.- ¿Qué le dijeron en casa cuando llegó y soltó eso de ‘mamá quiero ser artista’?

R.- He tenido una gran suerte porque siempre he contado con mucho apoyo. Tengo una familia de artistas, mi hermano es batería de jazz, y siempre hemos tenido las puertas abiertas, sin ningún impedimento. Tenemos una mamá que es nuestro fan número uno, va a todas las actuaciones, a todos los conciertos...

P.- Señorita emisaria real. ¿Qué le pide en su carta a los Reyes Magos?

R.- Ser feliz.

P.- ¿Es usted una auténtica payasa?

R.- Sí, como dicen ‘el payaso me llamó, yo no le hacía caso, hasta que acudí’. Entiendo y vivo las cosas muy desde el clown y lo reivindico, ya es hora de que los clown lo sean y quien no lo es, que no se meta.

P.- ¿Cuál es el mejor escenario que han taconeado sus zapatones?

R.- No sé si el mejor, porque todos son geniales, pero de las actuaciones más alucinantes que recuerdo está la realizada en Haití, la energía con la que trabajas, la manera en la que te das, la magia que se crea entre los que actuamos y los niños, la capacidad de sorprenderse que tienen allí y que aquí se ha perdido... Es impresionante, sudas la gota gorda. Es una pasada.

P.- ¿Ya ha encontrado a su payaso azul?

R.- Buena pregunta, a la que no voy a responder.

P.- ¿La vida es una tómbola?

R.- Hay circunstancias mayores que siempre incidirán sobre ti, pero a mí la tómbola de la vida me ha llevado a un lugar como España, donde todavía puedes decidir bastante tu destino, pero hay que moverse y no quedarse sentado llorando.

P.- ¿Qué quiere ser de mayor?

R.- Me lo pregunto mucho, pero no lo sé. Lo que soy me gusta.

P.- ¿Y cuando sea pequeña?

R.- Me he quedado ahí. Soy ahora más pequeña que cuando era pequeña. Era una niña muy imaginativa, pero más encerrada, me costaba interactuar, más seria... Ahora tengo un buen equilibrio entre pequeña y grande.

P.- ¿A qué personaje de cuento le gustaría interpretar y por qué?

R.- Mi cuento preferido es la Cenicienta. Me gustaría hacer de princesa alguna vez.

P.- ¿Qué daría por tomar un café en el Cafeto Madrid?

R.- ¡Qué tiempos! No daría nada porque no soy de las que se aferran al pasado. Era un lugar fantástico, donde lo he pasado tan bien, no solo actuando, que fue después. Era nuestro cuartel general cuando estaba en la Escuela de Teatro, era nuestro hervidero de ideas, de intercambio. Y no pedía café, tomaba claro Ribera y patatas Eloy Acero, con larguísimas sobremesas.

P.- ¿Qué fronteras derribaría con su acordeón?

R.- Mi acordeón se quedó en Haití, ahora tengo la guitarra y, sobre todo, la voz, que es capaz de romper cualquier barrera. Actuando en el hospital he visto que somos capaces de abrir puertas que un médico ni sueña.

P.- ¿Para qué cosas tiene que hacer malabares un teatrero?

R.- Para vivir con el estilo de vida que pide: no existen las semanas de lunes a viernes ni los fines de semana libres, no existe me voy un mes de vacaciones en verano, no existen las ocho horas de trabajo, no existe ir un día a la oficina y permitirte hacer tu curro por encima... El teatro te exige cien por cien de energía, de tiempo, y si no te lleva el motor de una gran pasión, olvídate de él porque no te vas a hacer millonario de dinero, aunque sí de otras cosas, por supuesto.

P.- Elija un personaje: Celestina, la leñadora tres o Clementina.

R.- Ahora mismo me quedo con Clementina, que es el cincuenta por ciento de mi vida. El resto es un tiempo pasado, del cual he aprendido y he disfrutado en su momento. Ahora la que tiene que evolucionar y crecer es la señora Clementina.

P.- Y si se trata de escoger entre la secretaria anegada Clarita y la diva excéntrica de los años 30 Crispi Divine...

R.- Soy una diva vestida de secretaria. No me achico como la señorita Clarita ni soy avasalladora como Divine.

P.- ¿Qué obra de teatro resumiría su vida hasta ahora?

R.- Mi vida no se puede definir con un principio, nudo y desenlace, tampoco un Esperando a Godot, siempre esperando a que pase algo. Digamos que está en proceso. Progresa adecuadamente.

P.- ¿Qué escena representaría en la plaza Syntagma de Atenas ocupada día sí y día también con las protestas de los griegos?

R.- Me encantaría hacer Despido improcedente. Sería precioso. Es un tema que conecta muy bien con ellos. Grecia hace no tantos años era un país muy anárquico, con mucho movimiento social, cultural... Los griegos tienen un sentido muy romántico de las cosas en el sentido de lucha por las causas justas.

P.- ¿Si tuviera que elegir un lugar para actuar en París?

R.- La Ciudad Universitaria, donde he pasado mucho tiempo, y en un parquecito que hay detrás de Notre Dame.

P.- Sonría, por favor. ¿Qué foto le gustaría protagonizar?

R.- Me convertiría en el enanito que sale en Amélie y aparece detrás del Kremlin, detrás del Taj Mahal, con las pirámides de Egipto... Sería una vuelta al mundo en fotografías.

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