El Correo de Burgos

LA ENTREVISTA DEL LUNES Angélica Lafuente

«Sigo haciendo y viendo el mundo con el entusiasmo de la infancia»

Érase una vez una mujer de papel que, fascinada por las piedras, se especializó en Prehistoria sin saber que se convertiría en una bibliotecaria de cuento. En su particular laboratorio nacieron 'Burgos, un paseo por el tiempo', 'Soria se cuenta', 'La Casa de la Isla' y los que te rondaré morena.

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Un trabalenguas convierte en protagonista ese viejo coche que le hace sentir más segura que a Mariah Carey sus guardaespaldas. Con el «tanque» en el garaje, su protección llega en forma de sobrina de 10 años. Míriam no le deja sacar pecho y ella desenfunda un abanico pintado por Akira Kurosawa para airear La Isla una calurosa tarde de agosto.

Pregunta- ¿Con qué choca el cántaro cuando va a Lafuente?

Respuesta- Con la constancia del agua, la voluntad, la insistencia y la firmeza para llegar a una meta.

P.- ¿Qué encontrará un arqueólogo del año 2500 de la cultura del 2011?

R.- Mucha basura por exceso de abundancia.

P.- ¿Cuántas primaveras le quedan al libro de papel?

R.- Las generaciones que hemos nacido con él lo seguiremos usando y convivirá durante un tiempo con el electrónico, pero el avance de la tecnología en la nueva era en la que hemos entrado dirá el tiempo que le queda.

P.- ¿Qué contaría a la sombra del árbol del amor?

R.- ¡Qué difícil! ¡No tengo ni idea! Le contaría que en los amores hay mucha mitología.

P.- ¿Con quién compartiría una isla desierta y qué se llevaría a ella?

R.- Me iría con alguien que fuera buen conversador y me llevaría lectura y un ordenador con conexión.

P.- ¿Qué será de Burgos con el tiempo?

R.- Depende de los burgaleses. Burgos tiene muchísimas posibilidades y si lo trabajamos bien evolucionará a mejor, sin duda. Tengo una confianza plena.

P.- ¿A qué época le gustaría viajar si diera un paseo por el tiempo en esta ciudad?

R.- A varias, aunque no sé si sería Atapuerca. Me gustaría mucho ver los inicios de la ciudad, su gestación. Es una época muy rica, muy interesante, con la creación de los condados, de las fronteras, el primitivismo, el cristianismo, el mundo árabe... Súper rico.

P.- Arsuaga es el seductor, Carbonell, el exótico y Bermúdez de Castro, el serio. ¿Qué papel hubiera jugado como cuarta codirectora de los yacimientos de Atapuerca?

R.- El femenino. ¿Te parece poco?

P.- Un virulento incendio se desata en la ciudad. ¿Salvamos primero al Museo del Libro o al de la Evolución Humana?

R.- El Museo del Libro tiene copias, excelentes, pero copias, habría que salvar primero al de la Evolución, que tiene originales.

P.- ¿Qué se cuenta Soria?

R.- Soria, como todo el mundo sabe y si no lo han visitado deberían hacerlo, es una ciudad entrañable, tiene una historia no tan magnífica en hechos como Burgos, pero no menos densa, fue frontera, ha pertenecido aquí y allá -siempre andamos esquinados- y tiene una riqueza cultural muy importante, de tradición y literaria.

P.- ¿Por qué inspira tantos versos el Duero y tan pocos el Arlanzón?

R.- El Arlanzón es un afluente. Los paseos por el Duero son evocadores para cualquiera que vaya, no solo para los poetas, que son más sensibles.

P.- ¿Qué escritores reuniría en el más selecto club de lectura?

R.- Es difícil elegir. Ahora mismo me quedaría con Javier Marías, uno de mis favoritos; Stefan Zweig, que me fascina; Andrés Trapiello, un trabajador incansable; Vargas Llosa, fantástico; y me encantaría el autor del Lazarillo de Tormes, que nos identifica muy bien. Incluiría a alguno de los escritores rusos, contemporáneos y del siglo XIX, que me han sorprendido mucho últimamente.

P.- ¿Angélica Lafuente es más Quijote o más Sancho?

R.- Seguro que de los dos tengo porque es la misma esencia humana, contradictoria, unas veces Quijote y otras Sancho.

P.- ¿Qué le debe al lunes?

R.- Los lunes nunca me han importado mucho porque trabajo con alegría y Lunes en realidad fue un perro que tuvo Diego, el hijo de Laura (Esteban, la ilustradora de La Casa de la Isla).

P.- ¿Cuántas veces ha escrito con la luna?

R.- No soy nada lunera.

P.- ¿Es más solera?

R.- Sí, soy más de día que de noche.

P.- ¿Qué queda de la niña que fue?

R.- Un montón, me encanta recordar la etapa infantil y traerla de nuevo con tus amigos, tus primos... Como he crecido en un pueblo me evoca mucho, mucha energía. Sigo haciendo y viendo el mundo con el entusiasmo de la infancia.

P.- ¿Qué quiere ser de mayor?

R.- Todavía un montón de cosas. Entre que hoy tenemos la suerte de vivir tanto tiempo, no sé lo que me tocará, y que soy muy inquieta, me encantaría ser tres o cuatro cosas más, siempre vinculadas con la información, la investigación, la creación...

P.- ¿Y cuándo sea pequeña?

R.- Como fui.

P.- ¿A quién no le gustaría encontrar nunca si jugara a la gallinita ciega?

R.- A alguien que siempre quisiera llevar razón por encima de todo.

P.- ¿Si lo que más le gusta en el mundo es reír, lo que menos es llorar?

R.- A veces hay que llorar.

P.- ¿Cuál es el mayor cuento que ha contado?

R.- Los que me cuento algunos días para seguir estando contenta.

P.- ¿Se sueña mejor en una casita de tejado azul o junto a la gárgola Hildegarda de la Catedral?

R.- En cualquier sitio se sueña bien.

P.- ¿Con quién habla catalán en la intimidad?

R.- ¡Guau! No lo puedo hablar ni en público ni en la intimidad, solo lo leo y lo entiendo si me hablan, nada más.

P.- ¿Qué libro falta en su biblioteca personal?

R.- Faltan muchísimos, pero para suplir ese hueco están las bibliotecas públicas.

P.- ¿Cuál sobra?

R.- Aunque pueda resultar un poco sacrílego, hay libros que tienen un tiempo, pero para desecharlos es necesaria la capacidad crítica de leer, poco desarrollada. Hay que dedicarle tiempo y en esta sociedad no lo distribuimos bien, no es que no lo tengamos.

P.- ¿Qué pide a la Virgen en su día?

R.- Que nos hiciera más inteligentes porque últimamente no se nos nota.

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