La rebelión de los sonidos

A.S.R. / Burgos

Los compositores reciben este fin de semana en Espacio Tangente. Convierten este centro en su estudio y abren sus puertas a amigos y público. Es lo que tiene la improvisación musical, disciplina a la que se consagra la primera edición del Festival Audio Tangente (FAT), dirigido por el creador Luis Tabuenca y nacido con ánimo de continuidad. Sirius (Alfonso García de la Torre, Ignacio Monterrubio y Guillermo Lauzurika), Michelle Man y Wade Matthews se colocan la bata blanca para explicar qué es esto de improvisar.

A este papel docente se acerca más que ninguno Matthews, que imparte un taller sobre el tema. «El objetivo es repensar la forma de escuchar y la relación que tiene cada uno con su instrumento, con su música y con los demás músicos, aprender a componer de una forma directa e inmediata en el momento y en el lugar», relata este veterano que guarda en su biografía actuaciones en el MoMa, Reina Sofía, Centro de las Artes de México...

Aunque cree que ese proceso depende de cada uno, también considera necesario «hacerse consciente de las convenciones o de los valores que nos han enseñado o hemos adquirido a nuestra manera para poder luego tomar decisiones en base a esa conciencia. No es necesario rechazar todo lo que hemos aprendido, sino poderlo usar sabiendo que lo estamos haciendo para que no nos controle a nosotros».

Lleva más de veinte años viviendo en Madrid sin perder de vista lo que se cuece en la escena internacional y su diagnóstico sobre la salud de la improvisación musical es clara: «La estética, creativa y musical es muy buena, pero la económica, precaria, como todo ahora». ¿Y de público? «Cuando se trata de verla, muy bien, pero escucharla en disco cuesta mucho más. Es una pieza que hacemos colectivamente, todos los músicos trabajan juntos e inventan la obra en el momento, se nota cómo interactúan. Aunque el resultado sonoro pueda ser más o menos familiar, ver a un grupo de humanos juntos para crear algo es fascinante».

Hace seis años que los componentes de Sirius -todos autores de música contemporánea, con picoteo en el jazz, pop, electrónica...- pactaron su ménage à trois.

Es Guillermo Lauzurika quien cuenta que se subieron a este tren porque les servía en bandeja la cabeza de la soledad. «La labor del compositor es muy solitaria, escribes en tu casita solo y se trataba de hacerlo en directo, de juntarnos para divertirnos y para hacer otro tipo de música», comenta y es Alfonso García de la Torre el que describe su propuesta como una improvisación acompañada de otras disciplinas artísticas. Unas veces pintura, otras creaciones videográficas y algunas, como anoche, la danza. Se confabulan las artes para conseguir distintas texturas y colores y mover al sonido de un lado a otro de la sala.

Para conseguir este balanceo es esencial la presencia de Michelle Man. Sirius y ella bailaron juntos ayer una noche más.

Se entienden a las mil maravillas desde que esta bailarina británica asistió a una sesión musical de García de la Torre en el Reina Sofía de Madrid. El flechazo fue instantáneo. «Le propuse matrimonio artístico en ese momento, sin conocerle como persona. Hemos hecho varias obras juntos, siempre planteando un reto nuevo: con voces, improvisadas, más construidas, para espacios diversos...», dice mientras inspecciona el escenario con el que se encontrará más tarde.

También ella, como Matthews, valora necesario un conocimiento musical, un fondo documental, para ejecutar la improvisación, a la que define como «el juego entre lo conocido y lo desconocido, desconocer lo que uno conoce y enfrentarse al reto de lo desconocido, que es un placer».

Dos conciertos y una clase abierta

>Por la mañana. Prosigue el taller de libre improvisación musical de Wade Matthews, abierto para todo el público entre las 13 y las 14 horas.

>Acto uno. Ingar Zach (percusión), Esteban Algora (acordeón) y Alessandra Rombolá (flautas y objetos de cerámica) son 03 y actúan a las 19.30 horas.

>Acto dos. Adam Lubroth, Wade Matthews y Luis Tabuenca cierran el FAT a las 20.30 horas.