Ignacio Puras deposita en Burgos sus rostros que narran vidas

MARTA CASADO / Burgos

Miradas perdidas, miradas vivaces, rostros agrietados por el dolor y el sufrimiento, sonrisas que miran al futuro con esperanza ... Así son algunos de los Rostros del mundo que hasta el próximo 26 de octubre pueden verse en la sala de exposiciones de la Biblioteca Miguel de Cervantes. Se trata de una pequeña muestra de una colección de retratos elaborada por el pintor, de origen burgalés, Ignacio Puras desde el año 1999. Atesora más de 400 pinturas y 800 intentos y se han seleccionado 20 trabajos para mostrar en una ciudad «donde intento tener una mayor presencia», afirma. «Cada retrato refleja a una persona, refleja una historia detrás, el momento en el que éstos se encuentran y se habla, también, de interculturalidad ya que es un diálogo entre el pintor y quien posa, la mayoría inmigrantes» asegura Puras.

En esa búsqueda no se persigue tanto al perfección formal como las historias que se reflejan a través de sus trazos. «Los retratos los he hecho mientras colaboraba en una asociación que trabaja con inmigrantes en la sierra de Madrid donde vivo,. Estaba con ellos unos 20  o 30 minutos tomando contacto, charlando y luego nos íbamos a tomar un café para retomar el trabajo después. Era una forma de conocernos para poder expresar la particularidad de cada persona en su retrato», afirma el pintor burgalés que ya ha mostrado estos retratos en Pamplona, diferentes puntos de Madrid (Latinarte en el barrio de La Latina, en Carabanchel actualmente) y en el Museo de Baltimore (EEUU) o en el Palác Akropolis de la República Checa.

Este trabajo arrancó en el año 1999. Una investigación por las historias que reflejan los rostros del mundo y se reafirma el dicho que dice que la cara es el espejo del alma. Para ello las piezas se presentan con un sólo foco de luz «con la intención de crear un claro oscuro que determine la importancia del rostro», una interpretación que se basa en el color negro mezclado con dos o tres colores en acrílicos sobre papel. Una muestra que ha cosechado éxito allí por donde se ha expuesto y que atesora ya más de 20 exposiciones del centenar de muestras individuales que ha protagonizado Ignacio Puras que lamenta «exponer más en Segovia, Zamora, León o Salamanca que en mi tierra» donde en 25 años ha expuesto en cinco muestras colectivas hasta ahora.

Aunque su vinculación a Burgos se mantiene intacta y por ello trabaja en el desarrollo de una historiografía de artistas burgaleses del siglo XX que está iniciando. Un trabajo que desarrolla en los espacios que le deja libre su nueva serie de figuras de niños en acuarela en ambientes naturales y de ciudad como fórmula para mostrar cómo aprender a convivir. «Soy muy de series, hace cinco años hice una sobre anatomía del desamor, muy alegórica trabajando con técnica mixta sobre pintura y relieve y otra de esculturas sobre el esfuerzo humano de los deportistas para reivindicar el esfuerzo individual por mejorar pero conforme avanzaba me dí cuenta de que la psicología deportiva tiene más que ver con la competitividad que con el esfuerzo personal», concluye. Un ejemplo de que para Ignacio Puras la pintura es más que arte, es un lenguaje que expresa un mensaje.