El Correo de Burgos

Kosovo con corazón payaso

Los Kikolas y Entre Escombros viajan el miércoles al país báltico para hacer buenos los 14.000 euros de la Carpa del Humor

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

A Javier Ariza no le ha dado tiempo a limpiarse la nariz roja. Acaba de llegar de Líbano y el miércoles parte para Kosovo. Teatro Entre Escombros y Los Kikolas se embarcan en una nueva expedición de Payasos Sin Fronteras. Va a ser un viaje especial para Quique Méndez, Kike Sebastián, Javier Ariza y Amy Gwilliam porque será la primera vez que compartan una experiencia de esta naturaleza, que, además, les ha obligado a trabajar juntos en el montaje que mostrarán a albanos, serbios, bosnios... Una caravana de sonrisas posible gracias a la solidaridad de los burgaleses que acudieron a la Carpa del Humor de San Pedro, donde se recaudaron 14.000 euros. Los artistas se lo agradecen con el mismo entusiasmo con el que lo hacen al Ayuntamiento y a San Miguel. «Está bien que la gente sepa que su dinero sirve para algo».

El plan con el que parten al país báltico combina las actuaciones con talleres formativos para varias asociaciones, que luego utilizan este arte como recurso social en su labor diaria. Llegarán a la capital, Pristina, y de allí se moverán hacia el sur con paradas en varias ciudades. Kike Méndez augura como especiales dos actuaciones que aparecen en su hoja de ruta: una en una prisión para menores y otra en un hospital para enfermos mentales. «Nos apetece mucho y van a ser diferentes al resto por el contexto», reseña el miembro de Los Kikolas.

Y es que hasta allí acudirán convertidos en un particular grupo de artistas. Amy se transformará en una gran diva acompañada por tres patosos payasos, con zapatones, acordeón, flauta... y todo lo que sea menester.

Las maletas ya están preparadas y, como en anteriores ocasiones, no faltan las narices rojas, que tanta vida dan al público, y tampoco kilos y kilos de ilusión.

La aventura, que se alargará hasta el 2 de noviembre, será especial para los cuatro, pero sobre todo para Amy, que se estrena en estas lides. Aunque sus tres compañeros no vivirán la magia de las primeras veces, aseguran que estas caravanas nunca dejan de ser especiales. «Es una experiencia vital muy grande, muy fuerte. Hacer tu trabajo de forma altruista ya lo hace enorme, pero es que además te acercas a vidas muy injustas, que, encima, conoces desde distintos puntos de vista. Cada etnia lo vive de una manera. Aprendes mucho a todos los niveles», dice Méndez. Coincide con él Javier Ariza, que ya estuvo en Kosovo en 2008 con Payasos Sin Fronteras: «Cada expedición tiene algo diferente, sobre todo en países de posguerra. Ahora voy a ver cómo ha evolucionado esta sociedad en cuatro años, si para bien o para mal. Siempre está bien descubrir cómo con tu presencia puedes cambiar una pequeña realidad, la del día a día de estas personas».

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