El Rey del Pop baila en El Espolón

A.S.R. / Burgos

El Morito da las doce y cuarto y a la altura de la librería Espolón, movida por una musiquita que llega desde lo lejos, una chica da un respingo y urge a su madre a darse la vuelta. «¡Está Michael Jackson en el Arco de Santa María!». Y hacia allá se encaminan. Parecen ser las únicas con un destino fijo. La vida pasa igual para el resto en el céntrico paseo. Algunos pasos apresurados, las terrazas ya recogidas y las que se mantienen vacías, gentes con sus carpetas debajo del brazo, algunos turistas y varios jubilados viendo las portadas de la prensa en Música y Deportes. La mañana solo se altera durante unos minutos frente al Arco de Santa María. Un nutrido grupo de personas hace corro a un cartelón promocional de Forever King of Pop, el espectáculo que ocupa el Teatro Principal el sábado (18 y 22 horas), domingo (17 y 20.30 horas) y el lunes (21.30 horas). Las entradas cuestan entre 20 y 50 euros.

Los minutos pasan, el hilo musical ambienta la espera, unos siguen el ritmo con los pies, la mayoría ni se mueve y son muchos los que empuñan sus cámaras fotográficas, móviles y demás artilugios sin saber que de poco les servirán cuando lleguen los zombis. Y ya están aquí. Se vuelve una mirada y la siguen las demás. Entre los árboles del Espolón se acercan seis muertos vivientes harapientos, con sus ropas hechas jirones, enmascarados... aunque no logran asustar a los mayores del lugar.

Los acompaña Michael Jackson. Chaqueta de cuero roja, pantalones negros y ¿sus inseparables calcetines blancos? Un mechón rizado le cae por la cara.

It's close to midnight and something evil's lurking in the dark... Suena Thriller y la invasión zombi baila a su son. Un pequeño aperitivo con repetición incluida. Las cámaras de fotos se multiplican, los teléfonos graban vídeos, unos aplausos...

... Y el público igual que llegó se disuelve. ¿Todos? Todos no. Marina no resiste la tentación de acercarse a su ídolo, encarnado para la ocasión por Fran Jackson, doble oficial. «Nos gusta mucho. Somos fanes de toda la vida. Mi hermana más que yo», explica y asiente Blanca, la aludida, todavía entusiasmada con este bocado y confirma que desde los 16 años son fieles a Michael Jackson. Recuerdan que lo han visto en directo en dos ocasiones, en Zaragoza y en Valladolid, y que lloraron amargamente su muerte. «Aunque en realidad       -dice Marina- para nosotras no ha muerto. Está por ahí descansando en paz pero no ha muerto».

De la alegría de la madre y de la tía participa Iván, el hijo de Marina, que asiste a todo en sus brazos. Muy claramente dice que le gusta mucho el Rey del Pop, aunque cuando era pequeñito le daba miedo. Ahora ya no. Ahora baila sus canciones y vivirá el homenaje que este fin de semana desembarca en el Teatro Principal, el único recomendado por la Jackson Foundation.