El Correo de Burgos

Cómo ponerse la nariz roja entre batas blancas

Diez personas asisten al curso de payaso de hospital impartido en La Parrala

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Clementina Betadina, Gerencio Tiritas y Gasa Tomasa son, desde hace tres años, los tres payasos oficiales del Hospital General Yagüe (también de Fuente Bermeja, aunque aquí la actividad es distinta). Este fin de semana, han compartido sus enseñanzas y han impartido un curso en La Parrala. Un tímido tiento a este mundo que solamente cuenta con programa oficial en Burgos, de la mano de la compañía local Terapiclowns.

Diez personas se han colocado la bata blanca y la nariz roja para aprender a dar los primeros pasos.

Algunos rostros conocidos en el mundo de las artes escénicas, alguna pintora inquieta y también gente como Lara González y Cristina Juárez, que nunca antes habían saltado a un escenario así, aunque sí tienen el título de monitor de ocio y tiempo libre y han trabajado con niños. Son amigas y se inscribieron por probar algo nuevo. «Nos gusta mucho todo lo relacionado con los niños, hacer reír, llevar alegría...», coinciden. ¿Salida profesional? Ni se lo han planteado, aunque este bocado les ha dejado un buen sabor de boca.

Especial es el caso de David Santamaría, con muchas tablas sobre el escenario y siempre ávido de explorar nuevos caminos. «Siempre salen cosas nuevas, aunque repitas el curso cinco veces». El pasado mes de febrero se presentó a una audición de Payasos de Hospital y pasó la prueba. Desde entonces ha estado aprendiendo y actualmente está en el periodo de Práctica de Payaso In Residencia (PPIR), junto a Brenda Lavenda. Su personaje es Oukelelo, el Conserje Modelo. Sin palabras se queda cuando toca describir las emociones vividas la primera vez que se puso frente a un niño enfermo. «Son muchas al mismo tiempo y difíciles de explicar». ¿Ha pensado la inminente apertura del nuevo hospital como una salida profesional? «Para nada. Si esto lo haces por dinero es mejor que no lo hagas porque lo que vives allí no se paga con una nómina, aunque, por supuesto, todo trabajo debe ser remunerado».

Alicia Benito -Clementina Betadina cuando cruza las puertas del hospital- considera que para sumarse a este gremio lo primero y fundamental es ser payaso. Después, es necesario que los alumnos conozcan y valoren esta profesión y la necesidad de formarse. No se puede hacer de cualquier manera.

Sabidos estos primeros puntos, Carlos de la Torre, o lo que es lo mismo Gerencio Tiritas, enumera otras claves importantes a tener en cuenta entre batas blancas. «Hay que respetar temas de confidencialidad e higiene, tener en cuenta las características espaciales, con salas muy limitadas, saber que hay niños enfermos y también familiares con una sensibilidad especial y, sobre todo, desdramatizar ese ambiente desde el clown, que es para lo que va un payaso al hospital», señala y añade que el fin último de su labor es que ese niño mantenga el mundo de fantasía en el que vive cualquier pequeño por serlo aunque esté en una cama.

Este empeño los guía desde hace tres años y así va a ser cuando se abra el nuevo complejo hospitalario. «Sabemos que habrá nuevas zonas, habrá urgencias pediátricas... Estamos expectantes por ver cómo sucederá todo», avanza Clementina.

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