CREACIÓN PICTÓRICA
Beatriz Marcos capta el alma y la mirada a través de sus retratos
La joven burgalesa expone sus pinturas en la sala del Teatro Principal
M. M. / Burgos
La joven burgalesa Beatriz Marcos reconoce que, sin ser el camino más sencillo, el retrato ha sido a pesar de todo la vía que ha escogido para lanzarse de lleno al mundo de la pintura, tal y como muestra la exposición Mixtura plástica, que actualmente puede verse en la sala del Teatro Principal.
Reconoce también haberse ayudado de la complicidad que da el conocer a sus modelos, lo que ha hecho de la profundidad de la mirada la pista del trabajo bien hecho. «Sí es verdad que el retrato me interesa mucho -ya que me hace sentirme muy cómoda a la hora de pintarlo-, pero dentro de éste me he centrado mucho en los ojos de los personajes porque sé lo que veo en sus miradas, y sé qué quiero plasmar en las obras en las que retrato a estas personas, casi todas ellas de mi entorno», confesaba.
Pero centrarse en el retrato también le ha ayudado a comprobar cómo a la hora de acercarse al mundo del rostro humano, las técnicas, colores y formatos pueden convertirse en los más fieles aliados o los peores enemigos. «Claro, porque si bien en unos te decantas por colorido más vivo buscando la expresividad de un niño, en otros te interesas más por captar la dificultad que aporta al conjunto la sombra de una arruga o el gris de las canas, y eso es lo que lo hace tan complicado y atrayente a la vez», añade la pintora.
Evolución artística
Y de todo se aprende. Marcos Garrido explica que en la exposición puede verse así, su propia evolución temporal y artística, al reunir cerca de medio centenar de obras fechadas a lo largo de los últimos siete años. «En ellas puede verse cómo he ido alternando acrílico y óleo, retratos con elementos más estáticos e incluso cómo ahora la pincelada suelta es la que protagoniza mi obra», comentaba.
Efectivamente, Mixtura Plástica se convierte de esta forma en un artístico viaje que comienza así, en los retratos de un niño y ligeros tanteos en el mundo animal, donde la burgalesa se decanta por la inclusión de rosas, amarillos y ocres. Para llegar en el pasado 2011 a convertir elementos con 'menos' vida -caso de las calles de una ciudad o de la piedra de la Catedral burgalesa-, en los ejes de la nueva labor pictórica de la joven burgalesa.
Transición desarrollada a la par que la propia formación académica de Beatriz Marcos, quien tras realizar el Bachillerato de Artes en la Escuela de Artes de Burgos, decidió seguir sus estudios en el País Vasco, de donde parece haberse traído los grises que plasman una de sus últimas obras, como es la dedicada a la Seo burgalesa.
Sin embargo, la joven confiesa no ser gran amante del colorido -que sí protagonizó sin embargo sus primeras obras-, reconociendo especial predilección por los grises «y sobre todo por aquelos colores surgidos de las mezclas», en detrimento de los colores puros. Los mismos que prevé para sus próximos proyectos donde los edificios en ruinas podrían ser los protagonistas...