El Correo de Burgos

Una paleta cromática que dice pío, pío

Juantxu García Pérez acerca la belleza y valor del color de las aves en una exposición en la Sala Espolón de Cajacírculo, que también busca sensibilizar a la población sobre la necesidad de proteger la naturaleza

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Unos prismáticos, unas gotas de amor por el campo, una cantidad moderada de curiosidad por el mundo de las aves y una pizca de sensibilidad artística son los ingredientes de la receta mágica de Juantxu García Pérez, que sirve en la Sala Espolón de Cajacírculo como exposición hasta el 4 de marzo (el sábado 11, visita guiada a las 19 horas y el sábado 18, taller de digiscoping). Las aves y el color de sus vidas recoge veinticinco retratos de aves que el fotógrafo y profesor ha captado en los últimos años y que le han sorprendido por la gama tan rica de colores.

«Intento aportar una nota de color, de alegría y optimismo en la realidad del medio ambiente, que es bastante preocupante», comenta García Pérez, quien desembarca en la capital burgalesa con este proyecto que nació en diciembre de 2010 en la sede de la Fundación Atapuerca de Ibeas y ya ha pasado por Miranda y el Centro de la Biodiversidad de Euskadi en Guernica.

El fotógrafo da cuatro pinceladas sobre las estrategias que las aves desarrollan para su supervivencia con el color de sus plumas. Para camuflarse en el entorno cuando necesitan defenderse o para dejarse notar al llegar la época de reproducción. «Siempre me ha atraído la idea del color, del ave, de su entorno, cómo existen estas relaciones tan íntimas, su comportamiento, sus necesidades, sus exigencias, sus idas y venidas...», comparte.

Veinte años lleva dedicado a esta labor. Todo empezó cuando se compró unos prismáticos y comenzó a espiar a estos pájaros. Se unieron la atracción por la fotografía de su condición de licenciado en Bellas Artes y los paseos por el campo, que debe a sus padres. «Se juntó todo y empecé a flipar con las aves».

La zona de Juarros se convirtió, dice, en su universidad. Allí ha aprendido a distinguir los cantos, las especies... y a descubrir lo frágiles que son estos animales. Deseó fotografiarlos sin importunarlos y halló la técnica digiscoping, consistente en sustituir la óptica de un objetivo fotográfico convencional por la óptica de un telescopio, de observación terrestre en el caso del burgalés, que permite disparar desde lejos. García Pérez es el presidente de la Asociación Nacional de Digiscoping (Asedi), integrada por 60 personas en toda España.

¿El mensaje? «Quiero que la gente entre a disfrutar, que descubra las aves y empiece a preguntarse cosas de su entorno y a valorarlo. Así conseguiremos que se sigan defendiendo los valores naturales».

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