El Correo de Burgos

LENA SALADINA IGLESIAS Primera académica de la Fernán González

«Hay mucho vividor a cuenta del patrimonio»

-

-

Burgos

Creado:

Actualizado:

A.S.R. / Burgos

Lena Saladina Iglesias (Buenos Aires, 1945) confiesa sentirse aterrada ante el ingreso en la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes. Institución Fernán González, que se produce hoy en el Salón de Estrados de la Diputación (20 horas), pero se la ve en su salsa en su despacho de la Facultad de Humanidades. La profesora de Historia del Arte de la Universidad de Burgos se enrolla, pero, por si no queda claro, culmina la entrevista, gajes del oficio, con cuatro ideas que quiere dejar claras sobre su discurso, El patrimonio burgalés y la Comisión Provincial de Monumentos (1800-1900).

«La Fernán González ha aportado mucho, lo mismo que el patrimonio, pero, al igual que este, necesita una apertura, una gestión, una toma de conciencia sobre que son recursos para el desarrollo, también económico. Hemos transmitido la idea de que tener un bien artístico es inversión, que te obliga a gastar un montón de dinero, y eso es una perversión, eso es que te están esquilmando. Por ejemplo, hemos gastado en la Catedral unas cantidades tremendas, ¿ustedes de qué van? Hay mucho vividor a cuenta del patrimonio, yo lo creo así, y los recursos son limitados, pero es que hay que gestionarlos de forma adecuada. El patrimonio es fuente de riqueza, no una trampa para hacerse rico con ella y esta es una idea que no ha calado. No es para que se meta en una caja fuerte, sino para sacarle rendimiento, para su disfrute social, que lleva a un desarrollo mental y económico. Eso en esta provincia no se ha entendido y la Iglesia tiene una importante responsabilidad en ello», explica Iglesias.

Y termina esta exposición sin esperanzas de que esta situación tenga visos de cambio y con un ejemplo muy, muy cercano, que demuestra que la profesora no se muerde la lengua: «Está demostrado que los cambios son a la fuerza, mientras la gente no los exige no se producen. Burgos sigue siendo capital de la cruzada y siempre me remito a ese panteón de casco histórico que tenemos, que cada vez está más deshabitado, más bonito, sí, pero, por favor, no vaya, no lo toque».

Dicho lo cual, sale de su despacho para dar una nueva clase. Por el pasillo, los compañeros la animan en esta nueva aventura en la que se embarca. Será la primera académica en esta Institución. Todo un hito. «Hace años no me hubieran invitado bajo ningún concepto, está claro, pero ya llevan diez diciéndomelo. Pero yo no me veía y, la verdad, sigo sin hacerlo».

Pregunta- ¿Por qué?

Respuesta- Porque, hasta este momento, las academias en general y esta en particular respondían a unos esquemas muy masculinos, no digo machistas. Y una mujer tiene dos opciones, seguir siéndolo o adoptar posturas de carácter masculino y yo no voy a tirar la toalla, voy a intentar ser yo siempre. Yo me decía, 'para qué me voy a meter en un sitio en el que realmente voy a encontrarme fuera de sitio', para qué, si más prestigio que ser yo misma no hay. Ser nosotras mismas es la mejor aspiración a la que podemos llegar.

P.- ¿Qué ha cambiado ahora para que dé el sí quiero?

R.- Al final me han convencido porque ahora son muy pocos y dicen que quieren ir renovándose. Y participar en esta renovación es un reto para mí. Lo es seguir siendo una mujer, continuar siendo yo y ayudar al conjunto.

P.- ¿Hay algún aspecto al que quiera hincar el diente especialmente?

R.- Hay una cosa que me preocupa de forma muy especial. Cuando yo hablo de la comunidad burgalesa lo hago de Villarcayo, de Miranda de Ebro, de Villaescusa de Mena, de Aranda de Duero... y no solo de la capital. Lo hago de una antigua región cuyo momento de esplendor llegó cuando pensó en clave internacional, de apertura, de intercambio, que fue del XIII al XVI. Pero todo cambia en el XIX, entonces Castilla adquiere un carácter de interioridad, de mirarnos el ombligo, cuando para desarrollarse hay que abrirse, integrarse en amplias redes. Y nosotros no lo hemos hecho. Y así Burgos parece reducirse a la capital, pero esto qué es, ¿el planeta Marte? No, Burgos es una provincia con unas posibilidades de desarrollo enormes.

P.- ¿Por lo que su mayor empeño será levantar la mirada?

R.- Apoyarla en la dirección de una integración a niveles de la provincia y, por supuesto, más allá. El hecho de que me elijan a mí, que soy nacida en Buenos Aires, criada entre esta ciudad y Sao Paulo, con raíces españolas, de emigración y de exilio, que me formé en Santiago de Compostela, hice la tesis en la Universidad de Valladolid y puse las piedras con el profesor Ibáñez en Historia del Arte en el Colegio Universitario Adscrito en el año 72, es una apertura ya de por sí, y además soy mujer, que es una cosa diferente. Ya no tengo argumentos para decir: 'ustedes viven ahí encerrados, mirándose el ombligo, son unos señores antiguos' y sí para decir: 'ustedes están tratando de adaptarse a la sociedad contemporánea y avanzar con ella'.

P.- ¿Cree que ha habido otras mujeres merecedoras de este título?

R.- Muchas, por ejemplo Maricruz Ebro. Habrá habido y hay.

P.- ¿Qué rasgos positivos destacaría de la Fernán González?

R.- Ha conservado una conciencia de burgalesismo, de identidad histórica, pero no volcada hacia el pasado sino que han sabido proyectarla al presente y al futuro. En ese sentido, la Academia ha mantenido el pendón. Se la ha visto más en labor investigadora y de publicaciones, que, quizás es más callada, sin gran impacto, pero fundamental porque va alimentando esa conciencia, va dando argumentos para actuar, y aquí ha realizado una tarea inmejorable.

P.- Pero incluso desde dentro se entona el mea culpa en su conexión con la sociedad. ¿Lo suscribe?

R.- Saber escuchar es un arte. Posiblemente, en algún momento se encontró más encerrada por el estudio y la investigación. Ahora es el momento de, sin prescindir de esas cualidades, proyectarlas. Mi gran ilusión es que se abran las puertas, no porque lo hagamos nosotros sino porque la gente lo considere interesante y así lo manifieste. Algunas conferencias son magníficas, pero vamos poca gente y, además, mayor. ¡Qué poco futuro!

P.- Los burgaleses desconocen la academia a la que entra con un discurso sobre el patrimonio burgalés. ¿Son conscientes de esta riqueza?

R.- Es un arma de doble filo. Amamos nuestro patrimonio, pero nos encerramos en él, no lo utilizamos para la apertura. La gente sí está orgullosa de su patrimonio, pero lo ve corriendo, sin disfrutarlo, sin apreciarlo en su conjunto. Mi conferencia va a poner de manifiesto que a lo largo del XIX se luchó por conservar un patrimonio que en el siglo XX se ha conservado y reconocido, somos la provincia con más bienes de interés cultural, pero no se ha puesto en valor. Tenemos unos recursos inmensos. Creemos que están ahí y que los demás nos tienen que besar la mano sin que nosotros hagamos nada para venderlo y lo que hacen es pasar de nosotros, porque se pasa de lo que se desconoce.

tracking