El Correo de Burgos

Estreno en la agenda / Una iniciativa con éxito

El encanto nocturno de los museos

La visita triple al Marceliano Santa María, Fadrique de Basilea y MEH de noche despierta la curiosidad entre el público con el 95% de los pases vendidos

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

El Museo Marceliano Santa María no se había visto en otra. Faltaban quince minutos para las nueve de la noche y cincuenta personas se sentaban frente a uno de sus cuadros y en torno a la misma cifra esperaba, tique en mano, acceder a la sala. Un tanto de lo mismo ocurría en la exposición temporal Darwin según Darwin del Museo de la Evolución Humana y en las mismas se encontraba el vestíbulo del Museo del Libro Fadrique de Basilea, donde no cabía un alfiler. Estas cifras reflejan el éxito de La Noche de los Tres Museos, una iniciativa nueva en la agenda cultural burgalesa puesta en marcha por estos tres espacios, que consiguió vender el 95% de los 300 triples pases ofertados, según datos facilitados anoche por el responsable de Didáctica del MEH, Rodrigo Alonso, con importante venta a última hora.

Este éxito anima más si cabe a sus responsables a repetir la propuesta, con más calma, más centros y más actividades, el próximo año para volver a festejar el Día de los Museos. Así lo avanzaba el gerente del Instituto Municipal de Cultura, Ignacio González, a la salida de su visita a la lección magistral sobre el óleo El triunfo de la Santa Cruz, protagonista del pase en el Marceliano Santa María. Había compartido butaca con Carmen López y Trinidad de Diego. Abandonaban encantadas estas dependencias y con la intención de regresar con más tiempo.

Unos salían y otros esperaban su entrada. José Miguel López y su mujer, Belén, son de Pravía (Asturias). Habían conocido el evento y la curiosidad por ver qué les podía ofrecer esta Noche de los Museos los llevó hasta ella. «Hemos aprovechado la circunstancia para ver estos centros», dice él pensando que, por qué no, pueden tener un encanto distinto de noche.

Para Lucía Vega, Beatriz Quero y Cristina del Río el enganche había sido el MEH. A la primera se le cae la cara de vergüenza cada vez que en Madrid, donde reside, alguien le pregunta por este más que publicitado espacio y ella debe admitir no haberlo visto aún. Y así arrastró a las dos amigas, aunque Cristina confiesa que ninguna gracia le hace volver al del Libro, que nada le sedujo cuando lo visitó. «Le falta vidilla», dice.

Una opinión distinta tienen Teo Maroto y Pilar Saiz, que en el Hondillo acaban de terminar su recorrido, en compañía de su hija, Raquel, de 4 años. Sus carcajadas presagian que se lo han pasado en grande y sus palabras lo confirman. La joven pareja terminó su aventura en la sonrisa enorme que se alimenta con pos-it con motivos para sonreír. «Los cantos de mi marido y la sonrisa de mi niña», escribe Pilar junto a otros que lo hacen por sus nietos, el solete o, sobre todo ayer, por una luna cómplice.

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