El Correo de Burgos

FERIA DEL LIBRO

El pequeño reinado de los herederos de Per Abbat

Los escritores burgaleses son los dueños los fines de semana, aunque este año las ventas de sus obras se han resentido

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

Los escritores burgaleses conquistaron los fines de semana de la Feria del Libro hace algunos años, se hicieron fuertes, clavaron su bandera y, desde entonces, nadie ha osado destronarlos. Las monedas de oro no abundan en este pequeño reinado y tampoco es su pretensión. Sonríen con la mera cercanía del lector, con la calidez de una buena crítica o, simplemente, con saber que alguien ha reparado en su obra, la ha comprado y la va a leer. Son conscientes de que luchan contra gigantes, pero no se achantan.

«Es una plataforma para que te vayan identificando, una oportunidad para conocer a otros escritores, que te enriquece mucho porque comentas cosas del mundillo muy interesantes, y, sobre todo, es una feria muy familiar, que te permite charlar un rato con cada lector porque tampoco firmamos doscientos ejemplares al día», expone Francisco José Gómez, que ayer estampaba su rúbrica en ejemplares de su último libro, Madrid, una ciudad para un imperio, junto a los poetas Pedro Olaya y Ricardo Ruiz.

Este último suscribe las palabras de su colega. «No venimos aquí a firmar muchos ejemplares, que nunca va a ser el caso y menos en poesía, sino a hablar con el lector y compartir un rato con autores a los que no conocías personalmente. Las ferias son positivas y agradecemos estar en ellas como escritores y también como lectores», señala el autor de Los vencidos, quien llama la atención sobre la oportunidad que brindan, quizás la única, de entablar una relación más estrecha con el lector.

Y en esta idea hace hincapié el último de los creadores que ayer ocupó la caseta de firmas del Paseo del Espolón, que llegó con Continental Blues debajo del brazo y casi directo desde la Feria del Libro de Madrid, donde estuvo el fin de semana pasado.

«Siempre he venido y contento, aunque se nota que se vende menos. Hay mucha gente pero pocas bolsas», observa antes de irse a comer para volver por la tarde.

Esta apreciación de Pedro Olaya queda confirmada por los libreros. Los autores burgaleses han vendido poco este año en lo que parece haber sido la tónica general en una cita que se clausura hoy.

«Este año he vendido muy pocos autores burgaleses, en general se ha comprado menos de todo. En la edición pasada, cuando venían a firmar se notaba mucho y esta vez la gente selecciona más lo que quiere», explica Sonia Alonso, de Música y Deportes, quien destaca como título revelación de esta edición el libro de autoayuda En el nombre del táper, de Nicolás Baruque, que ayer charlaba una mañana más con los libreros con la sonrisa puesta, la misma que pretenden dibujar sus páginas.

También hacia este autor apunta Pilar Saeta, de Dina 4, como líder de ventas, aunque es verdad que tampoco cuenta con muchos títulos made in Burgos.

Esa es la estampa en la mayoría de los establecimientos. Son pocos los que colocan en lugar privilegiado estos volúmenes y hay que detenerse un rato para descubrirlos. Quizás el tamaño aquí sí importa. Porque uno de los privilegiados es Burgos en la fotografía estereoscópica, de Carlos Sainz Varona, que firmará hoy ejemplares junto a Miguel Ángel Barbero, Jesús de la Gándara, Alberto Ibáñez, Beatriz Saro González y Juan Carlos Martínez.

Bárbara García, de Cocô Libros, confiesa que no tiene mucho fondo y tampoco en otros locales se ven a bote pronto estas portadas.

Más visibles están en Hijos de Santiago Rodríguez. Rosa Tamayo, tras advertir que su presencia en el puesto de la feria ha sido escasa, señala que los libros de aquí se solicitan cuando el autor está bien cerca, aunque, apunta, algunos suelen vender bien. Es el caso de Ricardo Ruiz.

También le sitúa en esta lista de más solicitados Carmen Pérez-Canales (Espolón). «Hay de todo. Hay algunos que venden mucho y otros que muy poquito», comenta e indica que depende mucho del grupo de amigos en que se mueva ese creador.

Especial es el caso de la caseta del Instituto Municipal de Cultura (IMC). Toda su oferta es producto local por autoría, temática o colección. Pilar Cobo la atiende los fines de semana y a diario por las tardes. Es el primer año que trabaja en la Feria del Libro. ¿Las ventas? Bien, gracias. Dice que los primeros días, por la novedad o por el tirón de la Noche Blanca, hubo muchas compras, que han menguado según se gastaban las jornadas.

El éxito ha recaído en los cuentos del Certamen de Las Candelas y las guías de Burgos, sobre todo las de inglés, que se han agotado, y las de francés, de las que ayer solo quedaba una, con permiso de algunos tomos de historia.

Una sorpresa ha sido la salida del libro sobre Marceliano Santa María, una vieja publicación que otros años ha pasado sin pena ni gloria. ¿Vive el pintor de Castilla una segunda juventud?

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