El arte pasa de la pantalla a la pared
La Academia Provincial de Dibujo añadirá dos turnos a su oferta tras el éxito obtenido este curso con la introducción de las nuevas tecnologías en el aula
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A.S.R. / Burgos
Una nueva muesca aparece en la historia de la Academia de Dibujo del Consulado del Mar. La introducción de las nuevas tecnologías en el aula marca un antes y un después en la escuela que ha asistido a los primeros pasos de tantos y tantos artistas burgaleses.
Su director, Carlos Sáez Sáez, apostó por acompañar al centro al siglo XXI con la adquisición de veinte equipos, con Mac, escáner y tableta. Ocho meses después puede hablar de éxito rotundo del que hace partícipe al profesor y artista Javier Abril.
Los más de setenta alumnos matriculados este año se han movido por algunos de los programas utilizados en el diseño gráfico. Con ellos han realizado posibles carteles para las fiestas mayores de la capital, postales y otros dibujos probando las mil y una posibilidades que abren las nuevas tecnologías en el campo del arte.
Estos trabajos se han convertido en setenta paneles que cuelgan en las paredes del Consulado del Mar hasta el 12 de junio (de martes a viernes de 19 a 21 horas, sábados de 12 a 14 y de 19 a 21 horas y domingos y festivos de 10.45 a 14.15 horas).
«El curso ha ido realmente bien. La escuela ha mantenido su esencia, no se ha eliminado la enseñanza de las técnicas tradicionales, pero a los chavales les atrae más esto. Se trata de compaginar el dibujo clásico con las nuevas herramientas que nos brinda el progreso», comenta Sáez.
La entrada en el universo tecnológico también supondrá el crecimiento de la academia. El director calcula que el próximo curso deberán añadir dos turnos más a los cuatro ya existentes. La mayoría de los alumnos permanece, solo se van los más mayores, y tienen que abrir la matrícula.
Si junio ha terminado con 70 alumnos, octubre podrá comenzar con alrededor de un centenar. Será el segundo curso con las nuevas tecnologías en el aula y el momento de tomarse las cosas con más tranquilidad tras un estreno de ritmo frenético. «Este año era el más importante. Nos hemos dedicado exhaustivamente a ponerlo en marcha», dice Sáez, quien ya ha empezado a darle vueltas al nuevo curso. Un nuevo ejercicio en el que mantendrán el presupuesto de años anteriores.
De ese aspecto, afirma, no se puede quejar, aunque sí lamenta que la Cámara de Comercio de Burgos haya dejado de patrocinar los monográficos que venían realizando en los últimos años.
Unos encuentros que el director quiere retomar con la organización de talleres de gente experta en programas informáticos, citas que sean atractivas y originales y que puedan dejar a los alumnos con la boca abierta.