«Las imperfecciones convierten en interesantes a los personajes»

A.S.R. / Burgos

El nacimiento del mayor país de Sudamérica envuelve el último libro de Javier Moro (Madrid, 1955). El imperio eres tú, Premio Planeta 2011, llega hasta el corazón de Brasil y va deshilando su historia con Pedro I en el papel principal, bien acompañado por un coro de personajes históricos no menos jugosos. Desde las decisiones políticas que llevan a la independencia al país hasta las pasiones de alcoba que la tambalean trufan estas páginas que el autor descubre hoy en el Hotel Fernán González en un acto organizado por la Asociación Esfera Abierta (20.30 horas).

Pregunta- ¿Por qué eligió a Pedro I de Brasil como protagonista de este libro?

Respuesta- Porque es un personaje desconocido en la historia y aportó su grano de arena en la lucha de las libertades que nadie le reconoció. Pero este libro no es una sola biografía, sino que recoge toda la historia de cómo la familia real portuguesa se tuvo que ir a Brasil y cómo por eso este país se ha convertido en una potencia. Es la única vez en la historia en la que una monarquía se desplazó a sus colonias. Luego, los personajes son fantásticos. Si yo hubiera escrito esto como una novela nadie me habría creído. Son tremendos. Juan VI, Pedro I, Carlota Joaquina de Aragón... Es una historia fascinante. De principio a fin. Desde que tuvieron que tomar la decisión de irse huyendo de las tropas de Napoleón y lo hicieron en barcos de vela en unos viajes tremendos, un camino que siguió el 10% de la población, que se fue a las colonias. Fue una cosa única. Y por eso Brasil es lo que es y a nosotros, sin embargo, nos explotó el imperio. Cuando Carlos IV quiso irse a México ya era demasiado tarde.

P.- ¿La historia española hubiera sido de otra manera?

R.- Las fronteras americanas serían probablemente un reflejo de las peninsulares. Una gran América española o dos y otra de habla portuguesa, que sí existe y es Brasil.

P.- ¿Cuál fue la chispa que desencadenó este volumen?

R.- Yo estuve viviendo dos años en Brasil cuando escribí mi primer libro y ahí conocí a Pedro I. Siempre me sorprendió su carácter, era un hombre tremendamente contradictorio y es esto lo que interesa a los escritores. Los personajes son interesantes por sus imperfecciones, no por sus perfecciones. Yo pensé que era un personaje que estaba sobre escrito, pero cuando me metí en el tema vi que no había ningún libro como a mí me hubiera gustado leer. Había muchos de historia, con mucho dato, pero faltaba emoción. Yo he querido insuflar vida en esta página de la historia absolutamente sensacional y convertir esos personajes marmóreos, congelados por la historia, en seres de carne y hueso.

P.- ¿Cuáles son esas contradicciones que lo sedujeron?

R.- Era un fantástico padre, se ocupaba de sus hijos con una dedicación increíble, cuando estaban enfermos él mismo les daba la medicación, esperaba al médico, pasaba la noche sentado a su vera si era necesario..., era un hijo leal, un compañero de armas fabuloso, realmente heroico en la guerra, pero era el peor marido que te puedas imaginar. Y aquí está la historia de su mujer, Leopoldina de Austria, que fue una de las arquitectas de la independencia. Era mucho más culta que él, pero sufrió lo indecible porque ella estaba enamorada y él la quería como consejera, como amiga... Yo he mezclado la historia pequeña con la grande. Y es que es una página muy interesante como es el fin del absolutismo y el principio de las libertades.

P.- ¿Se le ha reconocido a Pedro I esta gran victoria?

R.- Sí se le ha reconocido, sobre todo en Brasil, pero es un personaje incómodo para los historiadores tanto brasileños como portugueses. Para aquellos era demasiado pro portugués y para estos últimos, un traidor que había dado la independencia a la colonia. Esto unido a su personalidad excéntrica le convertían en una persona capaz de lo mejor y lo peor. Desconcertó a mucha gente, pero él fue siempre fiel a sus ideas y a sí mismo. Él no se consideraba ni brasileño ni portugués, sino heredero de un imperio mucho más grande que Brasil y Portugal porque abarcaba territorios en la India, China... Los españoles no sabemos nada de Portugal y es un país con una historia fascinante.

P.- Parece mentira, con lo cerca que estamos...

R.- Parece mentira porque somos los pueblos que hemos descubierto el mundo. No nos conocemos nada y es una pena. Yo espero que mi libro sirva de puente y, de hecho, lo está haciendo. La gente está reaccionando con mucha sorpresa.

P.- El lector se topará también con el papel esencial de Leopoldina...

R.- Leopoldina fue la gran heroína de esta historia. La que más sufrió. Es el personaje con el que nosotros nos identificamos porque es la más moderna en la manera de ver las cosas, era culta, leía mucho, no era coqueta, sabía mucho de política, de administración del Estado... Sabía mucho más que su marido y él tuvo la inteligencia de reconocerlo.

P.- El relato de esta gran historia le habrá exigido un ingente trabajo...

R.- Estuve en Portugal y en Brasil. La mayoría de las cosas las encontré en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro y también en las librerías de viejo.

P.- ¿El proceso de escritura fue más rápido?

R.- No, no. Me llevó 17 meses. Hay que hacer encaje de bolillos porque esto es historia de verdad, no hay invención, no es novela histórica, sino historia novelada, que es distinto. No hay personajes ni situaciones de ficción, es la historia tal cual fue aunque dramatizada para que se pueda leer como una novela, pero no lo es.

P.- Y ya ha dicho que la realidad supera la ficción...

R.- Totalmente.

P.- Esa ardua labor tuvo como recompensa el Premio Planeta 2011. ¿El galardón ha cambiado de alguna manera su trayectoria literaria?

R.- En nada. Yo ya vendía bastante y el premio me ha traído más lectores, pero cambiar, cambiar, nada. Porque seguiré escribiendo temas que me gusten y me inspiren y grandes aventuras, si puedo.

P.- ¿Tiene ya algún proyecto entre manos?

R.- No, todavía no. Sigo con la promoción de este. Hasta que no llegue el verano no puedo pensar en otra cosa.