El Tablero de Música dice tururú a la crisis

A.S.R. / Burgos

Es el pequeño paraíso de la agenda del verano. Su poder de atracción es tal que cuenta Óscar Martínez, el jefe de Gestión Cultural de Caja de Burgos, patrocinador del evento, que desde hace semanas, desde que empieza a oler a sol en las calles burgalesas, más de una vez le han parado a él, también a Carlos Lozano, el sheriff de Cultura de la Universidad de Burgos (UBU), para preguntarles qué pasa con el Tablero de Música. Y solo pasa que volverá a encaramarse al calendario como lo viene haciendo desde hace doce años. Faltaría más. La crisis no ha podido con él, ha menguado algo su presupuesto, pero nada grave. Se mantienen los cuatro conciertos, con los cuatro dj y el precio de la entrada a 2 euros (desde hoy a la venta en Cultural Cordón).

El Tablero de Música es la joya de la corona y se nota. La otra programación estival del campus no ha corrido la misma suerte. La Corrala del Patio de Romeros, el pequeño festival de teatro clásico puesto en marcha en 2009, se ha caído del cartel. Traer a una compañía de esta disciplina obliga una inversión impensable en estos momentos. Sí se salva una suerte del ciclo La Música del Hospital del Rey convertido en dos conciertos de tinte jacobeo.

Así las cosas, los focos se encienden sobre ese Burgos Tropical en que se convierte el Tablero de Ajedrez del Hospital del Rey durante los jueves del mes de julio. Cuatro grupos procedentes de España, Portugal y Etiopía jugarán sobre él precedidos o seguidos por cuatro pinchas locales.

El desván del duende y dj Jacho Pinchaor (jueves 5), Mu y dj Álex (jueves 12), Ethiocolor y dj Becario (jueves 19) y Son de nadie y dj Dra. Yeyé (jueves 26) completan el cartel de este año.

Romanticón, o picarón, según se mire, llega a ponerse Óscar Martínez, quien ya se prepara para besar. «Decía Carlos el año pasado que esta es la iniciativa cultural de la ciudad en la que más se besa. Doy fe. Nosotros estamos encantados de poder colaborar y arrimar los labios a este Tablero de Música», dice el representante de la entidad de ahorro, que agradece el cariño y la expectación que esta cita genera entre el público

Y entre beso y beso, una paleta de músicas que no deja fuera ninguna tonalidad y es de lo que va esto. «Nuestro fin es mostrar la música de raíz, pero no solo en clave tradicional, sino al revés. Buscamos aquellas que fusionan diferentes estilos y culturas. Este año ha sido complejo, pero el nivel de los grupos es igual que en anteriores ediciones e incluso con agradables sorpresas», expone Lozano antes de pasar a desmigar las cuatro veladas preparadas.

La rumba flamenca del grupo pacense El desván del duende irrumpe con una fusión de músicas que no deja ninguna fuera: reggae, balada, ritmos latinos... Desde Portugal viajan los segundos invitados. Dazkarieh abrió el año pasado una puerta hacia el país vecino y esta se mantiene abierta con Mu, que coge como base la música tradicional mediterránea sin miedo a introducir instrumentos de todas las culturas bañadas por este mar. Variopinto es el adjetivo que utiliza Lozano para hablar de Ethiocolor, una banda que llega por cortesía de Casa África y África Vive. Once músicos y bailarines prometen un espectáculo sin par antes de pasar el testigo a Son de nadie, un conjunto de Granada que pinta el fin de fiesta con cumbia, timba, bolero...

Dan la nota en el Camino...

El verano cultural de la UBU mengua. Se queda sin La Corrala, pero mantiene la parte musical, en colaboración con la Asociación de Amigos del Camino, traducida en dos conciertos jacobeos con dos viejos conocidos del público burgalés. ¿Quién no ha visto este año a Saxysas? ¿Quién no ha bailado con Fetén Fetén? Ambos regresan. El doble cuarteto de saxofones y tuba toca en el Patio de Romeros el miércoles 11 de julio y el dúo formado por Diego Galaz y Jorge Arribas, acompañado en esta ocasión por Nacho Mastretta, que compuso una canción para sus músicos y amigos, lo hará el 18 de julio. La entrada a ambas actuaciones será gratuita.