El Fadrique de Basilea sopla las velas en la calle

A.S.R. / Burgos

El 23 de julio de 2010, los focos se encendían sobre Fadrique de Basilea. El viejo impresor burgalés salía del olvido para dar nombre al Museo del Libro, una instalación nacida de la iniciativa privada que se sumaba a la oferta cultural de la ciudad. Dos años después el centro del Hondillo luce palmito con la lozanía que le permite la situación. Su promotor, Juan José García, dueño de la editorial Siloé. Arte y Bibliofilia, admite las dificultades para salir adelante, pero no obvia las buenas sensaciones que le hacen augurar una pronta recuperación. Y nada mejor para conjurarlo que una fiesta para celebrar este segundo cumpleaños.

El Museo del Libro se tira a la calle el sábado 21 de julio e invita a los burgaleses a unirse a su jarana. Una retahíla de posibilidades se asoma al Hondillo. 

Al cartel se asoma una jornada de puertas abiertas durante todo el día para conocer la historia del libro. La mañana comenzará con un taller familiar sobre las Leyes de Burgos, promulgadas en 1512, consideradas como el germen del futuro Derecho Internacional, a cargo de la ONG Amycos.

Dos citas acaparan la tarde-noche. La Poesía es un Cuento, que ya participó en la primera fiesta de cumpleaños, regresará con el espectáculo Ponme poemas y la música en directo llegará con el grupo madrileño Baxtaló Drom, un cuarteto con dos guitarras, un contrabajo y voz, que fusionan jazz de los años treinta.

En nada se queda una fiesta de cumpleaños sin algo que llevarse a la boca. La guinda gastronómica llegará con los pinchos del bar Castilla y León (Hidalgo Caballero) y Acuarium (Codex Potrinus), que se venderán con la consumición a 2,20 euros, y el reparto de chocolate por parte de Valor, por si el frío hace de las suyas y es necesario entrar en calor.

Y los que no se puedan acercar o para los que se expresen mejor a través de las redes sociales, se pone en marcha un concurso en Twitter, que recibirá felicitaciones en #felicidadesmuseodellibro. El ganador, que se dará a conocer el 24 de julio, recibirá un fin de semana en Burgos con todos los gastos pagados, cortesía de empresarios locales.

Contenido didáctico 'online'

El afán didáctico acompaña al Museo del Libro desde su nacimiento y el empeño por ser pionero en las nuevas tecnologías, también. Uno y otro se aúnan en el acuerdo alcanzado con la plataforma Sapeando.com, dirigida por César Martín, en la que se colgarán los contenidos educativos del centro. Se empezará con cuatro vídeos con los talleres realizados en estas instalaciones, a los que se podrá acceder a partir de octubre.

La idea es que en un futuro se amplíe este servicio con vídeo tutoriales que expliquen, por ejemplo, cómo se elabora un facsímil.El 'Codex Calixtinus' está aquíLa recuperación del Codex Calixtinus robado hace un año en la Catedral de Santiago de Compostela ha girado todas las miradas sobre este volumen medieval. El Museo del Libro también lo ha hecho y aprovecha su actualidad para sacarlo del fondo de armario y ponerlo en primera línea de vitrina. El centro del Hondillo expone los facsímiles de los códices custodiados tanto en la Seo compostelana, del siglo XII, como el de la Universidad Pontificia de Salamanca, una copia de aquel del siglo XIV, ambos realizados bajo el sello de Siloé, este último salido del horno hace cuatro meses.

Estas reproducciones se mostrarán desde este sábado hasta que alguien las compre. «La posibilidad de verlos y compararlos a la vez en las misma vitrina es única y exclusiva a nivel mundial», observa el director del Fadrique de Basilea, Rodrigo Burgos.

Ambas piezas serán objeto del taller familiar Peregrinando por la historia del libro, un juego de pistas que copará todo el verano, hasta el 30 de septiembre. Invitará a los niños de 6 a 12 años, acompañados por un adulto, a recorrer las distintas etapas de la ruta jacobea sin salir del edificio y conseguir la Compostelana como premio final. Será gratuito.

El director de Siloé reconoce que el triste suceso acaecido en la capital gallega ha despertado la curiosidad hacia esta obra, confiesa que sí se han subido las ventas a raíz de ello, sin que se puedan cuantificar.

«Es una desgracia que vengan ventas por algo tan nefasto, pero si ha contribuido al conocimiento popular de lo que es un códice, bienvenido», valora Juan José García.