El Correo de Burgos

XXXVI FESTIVAL DE FOLCLORE / Clausura

El público vuelve a dar el sí quiero

La cita se despide con alta participación en todas las secciones y con las 2.400 localidades de asiento en San Juan ocupadas a diario. Sabores del mundo continuará y buscará implicar a más restaurantes

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

El parte del Festival Internacional de Folclore cuando llega a su fin es un mero trámite. Sin novedad en el frente. El informe viene con lo esperado: masiva respuesta del público en todas las secciones con especial relevancia de las noches en San Juan, alta calidad de los grupos participantes, una retaguardia a prueba de bombas y diana con la iniciativa Sabores del mundo.

El secretario del Comité de Folclore, Miguel Alonso, confirma los puntos, a falta de la velada de clausura, que empezó con cuarenta y cinco minutos de retraso, para respetar a los manifestantes que pasaban por San Lesmes, y sin Puerto Rico, que tuvo que partir antes.

«El balance es positivo dado que la afluencia de gente ha sido masiva en todas las actividades», comenta Alonso, quien llama la atención sobre la imagen que noche tras noche ha brindado la plaza de San Juan, donde retorna la cita tras varios años en Virgen del Manzano.

Las 2.400 localidades de asiento, sillas y gradas, se han ocupado durante las cinco veladas de la cita internacional y noche tras noche han sido muchos los que se han quedado de pie por los aledaños.

El regreso a este espacio merece el aplauso de la organización por la estampa que brinda.

Cuando de calidad de las compañías se trata, Alonso saca toda la artillería de galones y prende los que puede en las solapas de las expediciones de México, Perú (con dos representantes), Venezuela, Puerto Rico y Argentina. «Más no se puede pedir. Todos han sido buenos, pero podemos destacar la magnífica actuación del miércoles por la noche del Ballet Folclórico de la Universidad de Colima de México, que levantó al público y le aclamó tanto que tuvo que hacer cuatro bises».

Pero el Festival de Folclore se vive tanto de noche como de día. Y la magia del sol también ha surtido efecto. El taller Baila con nosotros, que ocupa El Espolón, ha estado más concurrido que nunca. Miguel Alonso conjetura que ha tenido mucho que ver la lengua compartida. El español, más o menos meloso, más o menos sugerente, ha permitido a los responsables de los grupos comunicarse mejor con el público y enseñar los pases de sus bailes con más precisión. «También los ritmos latinos nos son más cercanos que los que vienen de otras latitudes en años anteriores. No dejan de ser parte de nuestra cultura», amplía.

Sin novedad tampoco en la afluencia masiva a la sección Músicas y canciones del mundo, en el Salón Rojo del Teatro Principal

Y un gusto dulce ha dejado la nueva sección Sabores del mundo. La gente ha acogido de buen grado los pinchos de la gastronomía típica de los países participantes elaborados en el 22 de la Paloma. Esta buena aceptación lleva a la organización a apostar por su continuidad y por dar cabida a otros establecimientos para que haya una oferta más variada.

Monotemático y polémico

La iniciativa de diseñar un festival monotemático en torno al quinto centenario de la promulgación de las Leyes de Burgos también arranca críticas positivas al secretario del Comité de Folclore. Esta era la segunda ocasión en la que se hacía. En 1992, con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América, también se consagró la cita a grupos hispanoamericanos. Especial fue el de 1974. Se invitaron a formaciones made in Spain para celebrar el mil cien aniversario de la fundación de Burgos por Diego Porcelos, ausente este año de la plaza de San Juan.

Un borrón ha manchado esta estampa de color rosa. La polémica ha rondado a esta cita más que nunca. La reducción de solo un 4% de su presupuesto -175.000 euros- con respecto al año pasado propició las críticas del PSOE e Izquierda Unida. No han hecho mella y Alonso señala que las cifras son muy relativas y recuerda que en 2011 se redujeron 21.000 euros. «En dos años ha sido una bajada considerable», anota y denuncia que esas críticas no valoren la repercusión del festival en la ciudad. «Nos lamentamos cuando hay festivales que desaparecen, queremos que haya grandes citas, pero no se pueden hacer como si fuera el fin de curso del colegio, es evidente. Por supuesto que hay que atarse y lo estamos haciendo, nosotros y todos los colectivos», apostilla.

¿Y el frío? ¿Dónde se ha quedado ese invitado sempiterno? Este verano ha aparecido poco. Se pasó el domingo a presentar sus respetos. Anoche, una vueltecita. Pero este año no ha hecho de las suyas.

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