El Correo de Burgos

XXXVI FESTIVAL DE FOLCLORE / Los protagonistas

Folky Folclórico, Natacha y...

El casi centenar de voluntarios de las formaciones de la ciudad es el secreto del éxito y de la buena prensa de este encuentro entre las compañías que vienen

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

La resolución es unánime. Los voluntarios del Festival de Folclore lo son porque se lo pasan pipa, porque conocen nuevas culturas y tejen un hilo con los compañeros de otros grupos burgaleses impensable sin este mismo paraguas.

Cuarenta y dos voluntarios culturales hacen posible que la cita salga redonda. A ellos se suma una veintena de guías, sombras de las compañías participantes, y otra veintena de organización. Este centenar de personas que trabaja tres turnos durante cinco días -incontables son las horas empeñadas para su preparación- es el secreto del éxito de este encuentro con treinta y seis años de historia.

La Peña Rincón de Castilla es uno de los puntos de reunión de los colaboradores. A eso de las doce y media hacen un alto en el camino y se meten un almuerzo entre pecho y espalda que más quisieran los peregrinos que por allí pasan.

Tortilla, morcilla, chorizo... Prueban, como antaño se hacía en la Corte, el menú que las compañías invitadas degustarán tras la visita turística a la ciudad. Ayer, unos minutos antes de que llegaran los mexicanos, unos diez daban cuenta de lo servido por Hilario.

El buen rollo es evidente. Se ríen, se vacilan, se quitan la palabra... Gadea es el capo e intenta poner orden, con poco éxito. Tiene bonitas palabras para Natacha, una participante ucraniana del año pasado a la que ayer declararían colaboradora especial al cumplir los 18 años. Ahí es cuando alguien se acuerda de que este año tienen mascota. La llevan todos en su acreditación. Es verde, tiene pelo y se llama Gustavo. Pero nadie sabe dónde está ese día Folky Folclórico. ¿Habrá ligado?

No es el único nuevo en la cuadrilla. Cristina García estrena los 18 años y tarjeta roja de voluntaria. Baila en Justo del Río y, ¡cómo no!, dice que se está divirtiendo mucho, que está conociendo a gente...

Es una constante. En los nuevos y en los veteranos. Entre estos últimos está Oyhana Salatti. Ha perdido la cuenta de sus festivales, pero cree que llega a doce. «Hay gente que lleva más». Dice que no sabría qué es lo mejor. Todo tiene su aquel. Ellos pasan por todas las actividades y sus jornadas se pueden alargar desde la mañana hasta altas horas de la madrugada. No existen los relojes.

Tampoco es moco de pavo el tiempo que posee su tarjeta roja Virginia Renedo. Desde Estampas Burgalesas llegó en 2007 y hasta ahora. Alguien le animó a apuntarse y ahora es ella la que lo hace con otra gente. Para ella lo mejor son los ratitos como el de ayer o como cuando están en San Juan preparando todo para recibir a la gente. Sin olvidar que el Festival es un trampolín para quedar el resto del año con los compañeros de otros grupos. En esto también hace hincapié Álvaro Gutiérrez (Justo del Río). Y venga otro pincho.

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