«Lo importante es seguir creando porque si no, vamos a morir»

A.S.R. / Burgos

El traje de gran bailarín se lleva aunque uno vista de calle. José Carlos Martínez (Cartagena, 1969) lo demuestra cuando posa para el fotógrafo, cuando se sienta a la mesa o sale al escenario en el papel de juez. No se trata de apariencias. Un currículum de impresión moldea al director de la Compañía Nacional de Danza (CND).

Sus primeros pasos garabatean su ciudad natal y en 1987 empiezan a dibujar una carrera ascendente con el ingreso en la Escuela Ópera de París, que le llevará a besar el cielo diez años después como su bailarín estrella. Su corazón ha latido con el repertorio clásico, neoclásico y el de los grandes coreógrafos de los siglos XX y XXI, desde Maurice Bèjart a Pina Bausch. Sus pies han recorrido medio mundo como artista invitado en las más célebres compañías. Desde el Bolshoi de Moscú a la Scala de Milán.

Ahora también se estrena en la presidencia del jurado del Certamen Internacional de Coreografía Burgos-Nueva York.

Pregunta- ¿Cuáles son las claves que guían al jurado de un certamen de estas características?

Respuesta- Lo esencial es que haya una propuesta artística interesante. Tiene que haber algo de iniciativa personal, no forzosamente nuevo, y emoción.

P.- ¿La emoción es esencial en una buena coreografía?

R.- Cuenta, evidentemente, que sea una coreografía muy técnica y bien construida, pero para mí son más importantes las sensaciones que transmite al público. La emoción que cruza del escenario a la sala es lo que, entre dos coreografías, decide la elegida.

P.- ¿Qué importancia tienen los concursos como este para el mundo de la danza?

R.- En nuestro país, además en los momentos que vivimos, donde es difícil tener tu propia compañía y sacar proyectos adelante, estos certámenes permiten mostrar tu creación y que te sirva de trampolín. Yo voy a ver a un montón de coreógrafos y, tal vez, descubra un talento. Es una ventana y es muy importante que sigan existiendo porque permite a jóvenes coreógrafos mostrar su trabajo, una oportunidad que de otra manera igual no tienen.

P.- ¿Viene con la expectativa de descubrir algún talento?

R.- Como director de una compañía siempre estás al acecho.

P.- ¿Qué proyección tiene esta cita fuera de su ciudad?

R.- La reputación de un certamen de danza se hace con los años con respecto a la gente que pasa por él, que gana premios y luego hace una carrera internacional. Y por aquí han pasado grandes nombres.

P.- ¿Son conscientes las instituciones de esa importancia?

R.- Las instituciones son conscientes pero nuestro país pasa por un momento crítico y, evidentemente, se puede pasar sin un espectáculo de danza, pero no sin una barra de pan. El mensaje que envío es que lo importante es seguir creando porque si no, vamos a morir. Aunque haya menos medios hay que continuar luchando. 

P.- ¿Reinventarse es la palabra a reivindicar?

R.-Totalmente. Hay que reinventar para poder seguir teniendo actividad con menos dinero. Tampoco es realista pensar que vamos a vivir con las mismas subvenciones y el mismo dinero cuando el país está así de mal. Hay que tener los pies en la tierra, aunque sea para hacer danza vertical.

P.- ¿La rendición no entra en su vocabulario?

R.- Los bailarines y coreógrafos nunca se rinden porque siempre hemos sido la hermana pobre de la artes y estamos acostumbrados a eso, aunque ahora es más. El trabajo del bailarín es muy duro y hay que ser perseverante. Después de 25 años en Francia, al volver a España me he dado cuenta de que la gente está acostumbrada a luchar y, sobre todo, en el ámbito de la cultura y la danza. Y veo a la gente con muchas ganas.

P.- ¿Son las épocas de crisis más productivas en creación?

R.- Te obligan a no acomodarte y esa inquietud hace que a veces salgan cosas que nunca pensaste. La falta de medios no es una suerte, pero sí provoca que las ideas sean lo principal.

P.- ¿Cómo afectan a la CND los recortes y la subida del IVA?

R.- La CND no tiene teatro y la subida de las entradas afecta a todos a los que vamos y ya estamos teniendo problemas con alguna gira organizada para la temporada que viene. Los teatros nos dicen que no van a tener el dinero que preveían. Y a la escenografía, los contratos de asistentes, coreógrafos y demás hay que sumar el IVA... Por lo que vamos a tener que hacer menos con el mismo dinero. Es un escalón más abajo en esa escalera hacia abajo.

P.- ¿Y en el posible regreso de los bailarines que han emigrado?

R.- Puede hacer que sea más difícil que vuelvan. La semana pasada hicimos audiciones y seis que estaban en compañías internacionales regresan y lo hacen porque tienen ganas de estar en España, porque creen en el proyecto, y no por el salario. Ahora solo volverán los valientes, los que quieran apostar por la danza en España, los demás están mejor fuera.

P.- ¿Hay cantera de bailarines en España?

R.- Sí, la hay. Tanto en clásico como en contemporáneo.

P.- ¿Y de coreógrafos?

R.- ¿Podemos hablar de ello después del certamen? Hay mucho talento.

P.- ¿El público es sensible?

R.- Hay mucha demanda. Ahora hay que ver cómo reacciona el público a esta subida de IVA. Si el espectador no viene, esto se acaba.

P.- ¿El futuro es incierto?

R.- Lo es para todos.

P.- ¿Cómo se ve desde París la situación de la danza en España?

R.- Se ve a España bastante mal y no solo el mundo de la danza. Estamos negociando con un teatro de Japón para ir a bailar y lo primero que nos han preguntado es si seguirá existiendo la Compañía Nacional de Danza dentro de dos años. Les da miedo la poca estabilidad de España.

P.- ¿Y seguirá existiendo?

R.- Sí, yo tengo confianza. Está claro que el proyecto debe continuar adelante, sabemos que con recortes en el presupuesto, pero lo importante es seguir creando, no podemos parar.