El Tablero de Música se despide con un ojo en el cielo y un balance de 7.000 espectadores

A.S.R. / Burgos

Con un ojo en el cielo bailaron anoche los fieles del Tablero de Música. Finalmente pudo más su fe por este festival que anima los jueves de julio que la amenazante tormenta que se cernía sobre sus cabezas. Y con la misma valentía que los músicos, los granadinos Sondenadie, se lanzaron a la pista a dar palmas, a cantar y a danzar bajo un techo que perdió el azul de anteriores tardes por el gris, pero con el ambiente de las mejores ocasiones, que llevó a más de mil personas a sacar su entrada.

Es este fervor el que arroja un balance de alrededor de 7.000 espectadores en los cuatro conciertos que han compuesto el cartel, según datos proporcionados por el director de actividades culturales de la Universidad de Burgos, Carlos Lozano.

Destacan los 2.300 que se acercaron al Hospital del Rey el segundo jueves del mes, el que coincidió con la actuación de los portugueses Mu, que no fueron, precisamente, los que mejores críticas han arrancado entre el público. La manifestación del jueves pasado, a la misma hora que el concierto de los etíopes Ethiocolor, restó afluencia sobre el césped del campus, aunque incluso así se vendieron 1.700 localidades. Y es que fueron muchos los que se llevaron la pancarta a bailar.

El grupo pacense El desván del duende arrastró a la pista de baile a 1.600 personas en la actuación de apertura, que suele ser siempre más floja que el resto, aunque este año la cifra sorprendió hasta a los propios organizadores.

El fin de fiesta llegaría anoche con un retraso en el inicio más largo del habitual esperando que los nubarrones se fueran como llegaron. Pero no acababan de decir adiós y, a pesar de las cuatro gotas que cayeron, se decidió empezar pasadas las nueve de la noche y, al cierre de esta edición, la fiesta continuaba. La previsión era que la doctora Yeyé pusiera la guinda al pastel.