El Crisol se despide al rojo vivo

Un soplo de aire fresco entró ayer en el enmudecido Teatro Clunia. Los más de ochenta alumnos y profesores del Crisol de Cuerda Tradicional eligieron el escenario de la calle Santa Águeda para despedir esta última edición. Era el momento de demostrar al público, a los familiares y amigos, que la semana pasada en la granja escuela Arlanzón había sido fructífera, de aprendizaje con los mejores maestros, de absorción de nuevas experiencias, de dar rienda suelta a la creatividad, de conocer nuevos caminos, de dejarse contaminar por ideas ajenas... Sonó la música y el teatro bailó. Ya ha empezado al cuenta atrás para la próxima edición.