El Correo de Burgos

Óleos de Ángel Espeso

El bodegón y el clasicismo de Murillo toman el Espolón

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Burgos

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MARTA CASADO / Burgos

El vallisoletano Ángel Espeso regresa a Burgos con una selección de sus mejores bodegones y recreaciones de Murillo y Adolphe William. Cada dos años acude a la plaza burgalesa donde se siente cómo desde su primera incursión en la sala de arte Tagra. «Allí es donde empecé y desde entonces siempre he venido cada dos o tres años, he expuesto hasta en ocho ocasiones aquí», afirma Ángel Espeso. De él se dice que «sus bodegones nos adentran en el mundo de la tranquilidad reposada y de la sencilla dignidad».

Una sencillez en la que se envuelve el propio pintor que resta importancia a su trabajo diario, durante más de 40 años. «Siempre pinto, todos los días pinto, raro es el día que no hago algo y cuando pasa es como que me falta algo. Es una necesidad», apunta sin resquebrajar la voz. Su dominio del bodegón es un premio a la constancia. «soy autodidacta» reconoce. Pero es él mismo quien elabora los bodegones ya sea con elementos gastronómicos, fotográficos o literarios. «Yo compongo el bodegón y luego lo pinto al natural y como ya he hecho muchos lo hago con facilidad», afirma sencillo y contundente, como su obra.

El dominio de la luz y la imagen es fruto de la constancia de quien ha pintado casi a diario, como hobbie, hasta alcanzar la destreza del profesional. Si en el bodegón Ángel Espeso se defiende con gran soltura, hasta el punto de implicar retratos al incluir fotografías en los mismos, el resto de elementos como el retrato o el paisaje «me defiendo peor me cuesta mucho», afirma sin reparos con la misma sencillez con la que reconoce su dominio del bodegón.

Sus óleos hiperrealistas se ponen al servicio de reproducir las bellas obras de Murillo o Rembrant «a quienes admiro mucho y son auténticos retos porque el retrato es lo que más me cuesta». Algunos de estos retratos pueden verse en la selección de 28 piezas que ha traido a Burgos. Entre ellas Niños jugando a los dados, una pieza de Murillo que «supuso un reto para mí». En la misma línea la expresión de La Costurera de Adolphe William. «Son pintores a los que admiro» un hándicap más para este pintor que quiere estar a la altura a la hora de realizar la copia.

En la muestra de Burgos también ha reflejado paisajes de su tierra, palomares de Palazuelo de Vedija (Valladolid). Todos ellos muestran la destreza de este pintor hiperrealista que estará en la sala de exposiciones de Cajacírculo en el Espolón hasta el próximo 14 de octubre.

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