Tchaikovsky para una noche dulce

A.S.R. / Burgos

Los dedos brincan sobre el piano. Las notas danzan en la vieja partitura. Y los patinadores, a ratos acróbatas, a ratos bailarines, siempre intérpretes, salen al escenario del Fórum Evolución Burgos guiados por la música de Tchaikovsky. La compañía The Imperial Ice Stars ha elegido a la ciudad del Arlanzón para abrir la gira española de un clásico de la Navidad. El Cascanueces sobre hielo se encarama al calendario como una de las grandes producciones que pasarán por esta instalación en su primera temporada. También desde el punto de vista de los bolsillos. Las entradas, ya a la venta, cuestan 45 euros (zona A), 40 euros (zona B) y 35 euros (zona C).

Itxaso Barrios, coordinadora general de la promotora Letsgo España, se deshace en elogios para vender el espectáculo que también llegará a Pamplona, Málaga, Santander, Sevilla, Valladolid, Gijón y Murcia.

«The Imperial Ice Stars se ha granjeado una reputación sin igual a nivel internacional especializándose en la representación teatral de patinaje sobre hielo en recintos escénicos. Esta fama viene de la mano de una capacidad para contar historias con mucha fuerza, una destreza y habilidad técnica y atlética incomparable y, en este caso, el uso de una música como es la de Tchaikovsky y el relato de una historia de un clásico como es El cascanueces», expone y saca a bailar a la pista los números y los nombres propios que respaldan sus palabras.

Danza el 26, que son los intérpretes seleccionados de entre los mejores, algunos campeones mundiales y olímpicos en patinaje artístico (suman entre todos 250 medallas en competición). Danza el 120, que son los trajes, ninguno igual, utilizados y diseñados por los sastres del Teatro Bolsoi de Moscú. Danza Eamon D'Arcy, diseñador de escenografía, que firmó, por ejemplo, la apertura de los Juegos Olímpicos de Sidney. Danza Tony Mercer, el director artístico, que lleva la batuta de todo.

Uno de los aspectos de esta propuesta que más curiosidad despierta es la pista de hielo que se instalará sobre el escenario. ¿Cómo lo hacen? Barrios compara su puesta a punto con la elaboración de un bizcocho, aunque su tiempo de cocción se alarga hasta las treinta y cuatro horas.

Primero se prepara la base construida con madera como la usada en los astilleros para evitar escapes de agua. Se cubre con un plástico para impermeabilizarlo y después se colocan quince kilómetros de tuberías, conectadas con la refrigeración externa. La precisión es fundamental para que todo se congele. Se compran toneladas de hielo y se empieza a regar una noche y parte del día hasta que adquiere el grosor necesario. Y ya está listo para degustar.

En el plato, El Cascanueces, dividido en dos partes de unos 50 minutos cada una. Narra la historia de Marie, una niña que recibe un regalo navideño muy especial. Un muñeco, Cascanueces, que recobrará vida y que la llevará a un mundo de ensueño, el Reino de los Dulces, y allí...