Espinoza se reencuentra con Burgos

MARTA CASADO / Burgos

Muchos burgaleses recordarán que de niños acudían a las clases del Taller Experimental de Arte y Pedagogía que se hacía en el número 15 de la calle Alfonso VIII, frente al Monasterio de las Huelgas. Un artista de la vanguardia, peruano de nacimiento, formado en la Escuela Nacional de Bellas Artes de San Fernando y en la de París, que se codeó con los mejores artistas de mediados del siglo pasado, se convertía en profesor para todos. Niños y mayores, universitarios y jubilados, camareros y estudiantes de EGB. Todos eran bienvenidos y sólo se les exigía disciplina a un trabajo intenso de un mes en constante crítica y autocrítica. «Estaba fascinado por la pedagogía del arte, quería acercarlo a todo el mundo y seguro que muchos de sus alumnos de Burgos, que participaron entonces, le recuerdan», afirma el comisario de la exposición El lenguaje de la materia, Aurelien Lortet.

Hoy esa casa-museo de cerámica y taller de grabado litográfico se ha convertido en un local de copas. El recuerdo de la labor artística de Espinoza Dueñas en Burgos se ha diluido en el olvido. «Sí ha estado un poco olvidado a mi parecer, es un personaje controvertido, de carácter volcánico, siempre quería llevar su arte a todas partes y no todos estaban de acuerdo» reconoce Lortet quien ha estado indagando sobre la creación del artista peruano en Burgos. «En algún lugar debe haber murales no respetados. Intenté averiguar si quedaban pero no los he visto, sería una pena que se perdieran», apunta al mismo tiempo que recuerda que murales de este artista, que une las vanguardias plásticas con la civilización precolombina creando su mitología propia, hay en ayuntamientos como el de Arcos, Villahoz o Villarcayo y en colegios. También realizó murales en el Museo de Burgos de la Casa de Miranda en homenaje al Hombre de Ojo de Guareña, y en la Casa de Cultura de Burgos otro denominado 'Fuerza Cósmica' o en la Residencia Gregorio de Santiago.

Hoy Espinoza vive en Sevilla, en su finca El Nogal. Los recuerdos se borran de vez en cuando pero Burgos está ahí. «Siempre habla con cariño de la ciudad, de su labor pedagógica y de sus recuerdos». Por eso Lortet lamenta que «no haya llegado ninguna invitación formal por parte del Ayuntamiento, todo lo que él ha sabido de la exposición ha sido por nosotros pero habría sido un detalle una invitación formal aunque no pudiera venir o una carta de agradecimiento». En su lugar su hija Adriana Espinoza y sus nietos participaron en la inauguración de la muestra El lenguaje de la materia, una retrospectiva de 69 piezas a la ingente obra del pedagogo-artista. La exposición incluye 10 cerámicas y esculturas de cerámica donde se refleja su universo propio con criaturas mitad hombre, mitad pájaro, mitad lobo o mitad pájaro como una reflexión de su creación entre las últimas vanguardias y los elementos de la cultura iberoamericana que le da el toque original de un artista genial. También se muestran sus litografías y grabados, en los que mostraba una gran destreza adquirida de su formación en París. Sus pinturas, de gran calidad pictórica y variedad de color forman parte de esta retrospectiva que trata de «resumir, a modo cronológico, las diferentes etapas y las gran calidad pictórica de Espinoza Dueñas».  Un trabajo que no ha pasado más allá de las grandes publicaciones de arte porque «siempre se apartó del merchandising de la cultura y esta exposición es una forma de recuperar a un personaje importante». Se movió entre los grandes en sus estancias en Madrid, en La Habana, en París «exponía donde lo hacían los grandes del momento».

La muestra, patrocinada por Caja Rural CajaViva dentro de su ciclo permanente Otoño Cultural Iberoamericano (OCIb), estará abierta hasta el próximo 25 de noviembre en la sala de exposiciones del Arco de Santa María de martes a sábados de 11 a 14 horas y de 17 a 21 horas y domingos de 11 a 14 horas. La muestra se enmarca dentro de los actos de conmemoración del V Aniversario de las Leyes de Burgos.