El Correo de Burgos

Presentación del último Premio Planeta / 'La marca del meridiano'

«Tengo curiosidad por vivir el futuro del país con Bevilacqua y Chamorro»

Lorenzo Silva garantiza la continuidad de la saga protagonizada por la pareja de guardias civiles durante su cita con los lectores en Hijos de Santiago Rodríguez

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

La espita se abrió con un rápido aplauso. Los asistentes al encuentro con el último Premio Planeta, Lorenzo Silva, que poco a poco llenaron la sala cultural de la librería Hijos de Santiago Rodríguez del Camino de la Plata, formaron una ordenada fila en busca de la firma del escritor que durante algo más de una hora había desgranado los entresijos de su última novela, La marca del meridiano, y la relación que le une a los dos guardias civiles que la protagonizan, Bevilacqua y Chamorro.  

El escritor madrileño dejó bien claro la continuidad de esta pareja en futuras novelas. «Tienen mucha vida por delante, seguirán envejeciendo», apuntó y, con guasa, recordó que a Bevilacqua le quedan diez años para la jubilación, pero quién sabe si podrá alcanzarla o tendrá que perseguir a los malos en silla de ruedas ahora que por la crisis no entran nuevos miembros a la academia y la Seguridad Social está quebrada. «No sé el tiempo que me darán pero tengo curiosidad por vivir con ellos. Quiero que sean mis compañeros para recorrer este país que en estos 18 años que llevamos juntos ha cambiado mucho».

Con ellos, anotó, pasó de unos primeros años noventa chungos a unos últimos en los que España era el mejor país del mundo. «Ahora está postrado ante su propio fracaso», dijo y deseó que los dos agentes de la Benemérita le ayuden a contar la salida de ese estado.

De momento, le guían en el relato de esa sociedad abatida en La marca del meridiano. Por sus páginas pasea a sus anchas la corrupción de funcionarios públicos anticipándose casi a los acontecimientos. «Cuando escribí el libro no estaba tan de moda, no había llegado el momento en el que la corrupción ocupaba todo el periódico, desde la portada a la sección de Deportes». Pero también se entrevé el conflicto entre Cataluña y el resto de España «sin ninguna ambición de terciar en esta coyuntura. Esta es la que es, triste y desafortunada, y en la que nadie está acertando».

Lorenzo Silva reconoció que le ha salido una novela con cierto sesgo moral, «pero procuro no ser ni moralista ni justiciero», y advirtió sobre la corta distancia entre el lado luminoso y oscuro de la vida. «Creo que el género policiaco debe poner sobre el tapete que a veces resulta fundamental tomar decisiones morales y escoger uno u otro camino tiene consecuencias».

Él hace tiempo eligió el suyo y acertó. Fue pionero en este género sin hacer caso a los agoreros que le decían que en España no era posible. Cuando empezó a pintar a Bevilacqua y Chamorro en 1995, lo más parecido era el inspector Carvalho de Montalbán. «No hice caso a la gente que me decía que cometía un error. A mí en ese momento me parecía que no».

Y muchos títulos después se atreve a afirmar que La marca del meridiano es su novela «más ambiciosa y más completa» y por eso la presentó al galardón mejor dotado de las letras españolas. «¿La mejor? No me toca a mí decirlo». La pelota está en el tejado de los lectores.

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