El Correo de Burgos

ARTES ESCÉNICAS

La otra guerra de franceses y españoles

El público responde en el estreno de ‘Manteca mantequilla’, de Ronco Teatro, una comedia asentada sobre el relato histórico de la ocupación francesa del Castillo aderezada con mucha guasa

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Burgos

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A.S.R. / BurgosBasta ver a un soldado vigilante en la muralla del Castillo para zambullirse sin remedio en la ya lejana época en la que los franceses se paseaban por las calles de Burgos, entre seguidores y detractores, entre la chanza de mujeres y la mirada aviesa de los artesanos que se levantarían en armas... A este ambiente se trasladó ayer el público de la mano de Ronco Teatro. La fortaleza medieval se vistió de estreno al caer la noche. Manteca mantequilla vivía su primera función. Repite hoy y mañana y el 18, 19 y 20 de julio. Seis únicas funciones (21.45 horas, entrada: 7 euros, venta en el centro de recepción de turistas y en el Teatro Principal y allí el mismo día).Y con una resuelta Manuela pidiendo paso al guardia Robespierre para llevar el almuerzo a su Jean Paul comenzó una historia de franceses y españoles.Un relato acaecido en los primeros años del siglo XIX, una comedia con unos cimientos históricos muy bien asentados, que lo mismo enciende los focos sobre el General Thibault que sobre unas lavanderas -Manuela, Tomasa y Antonia- que remojan y tienden los trapos sucios con mucha guasa, que lo mismo se ríen de sus maridos -las comparaciones suelen ser odiosas- que dan una lección, cristalina como el agua, sobre las bondades y perversidades del dominio napoleónico que para sí quisiera cualquier catedrático universitario... ¡Macario bendito!Un jugoso guiso en el que la tortilla de patatas se enfrenta a la omelette, las migas de sal y ronchas de jamón a las hierbas de la Provenza, la morcilla al bomboncito relleno de licor... ¡La manteca a la mantequilla! El guiño a la Capital Española de la Gastronomía salpica toda la obra. ¿Quién se impone finalmente? Las crónicas dicen que algún estirado francés sucumbió sin remedio al guiso de potro con patatas. Y que acabó confraternizando con los habitantes de ese país de cebolla y sacristía.También lo hicieron los actores con el público. El momento del rancho tiene esas cosas y por allí, a caballo entre el XIX y el XXI, entre la Francia napoleónica y la España borbónica, los aplausos fueron para Paco Pinillos, Ori Esteban, Edgar Ariza, Raquel Antón, Ana García y Andrés García vestidos por Eloísa Barriuso, Pilar López y el ropero de Ronco Teatro, con José Antonio Pereda, Araceli Pérez-Rastrilla y Mario Larra a los mandos y Cucho Íñiguez y José Luis García a los fogones.

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