De cenicienta a princesa

A.S.R. / BurgosHace algo más de dos años, a tres amigos músicos se les encendió una lucecita. Estaban cansados de no encontrar en la ciudad un local de ensayo que satisficiera todas sus necesidades. Un día se plantaron y pensaron que quién mejor que ellos para construir a su medida lo que necesitaban ellos y, estaban seguros, muchos de los más de cien grupos burgaleses. Realizaron un estudio de los espacios existentes y concluyeron que eran pocos y, salvo contadas excepciones como El Hangar, que cuenta con 18 estancias, no cumplían los requisitos esenciales de seguridad, higiene o climatización. Y dibujaron un boceto del que podía ser su sueño.Pensaron liarse la manta a la cabeza y hacerlo con capital 100% privado. Pronto vieron que solos no podían. Tantearon algunas ubicaciones, vieron espacios municipales sin uso a los que podían dar vida. Descartaron uno en La Sedera y se enamoraron de otro en Villafría, junto al Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) y se dirigieron al Ayuntamiento en busca de ayuda. La encontraron en la persona de los técnicos de la Concejalía de Juventud. Les animaron a seguir adelante. Hablaron con el exconcejal Villanueva. Consiguieron su apoyo. También lo ha hecho su sucesora, María José Abajo. Y al tratarse de la cesión de un edificio municipal se dirigieron a la Concejalía de Patrimonio. Recibieron buenas palabras de su responsable, Salvador de Foronda, y la maquinaria empezó a andar. No era sencillo. Habría que buscar la fórmula administrativa para sacarlo adelante.Pero las cosas de palacio van despacio. De más, en opinión de los artífices de este proyecto. Les han dicho que el edil regresa el lunes de sus vacaciones y a su puerta llamarán de nuevo. Necesitan saber si sigue adelante.Ellos pensaron que iba a ser más fácil. Solo necesitan la cesión de ese espacio municipal. Se trata de llenar de contenido cultural y sin ánimo de lucro una nave vacía de más de 2.000 metros cuadrados.Su proyecto contempla la creación de 30 locales de ensayo «dignos y legales», de distintos tamaños para que puedan trabajar conjuntos de distintas dimensiones pero con una medida media de 25 metros cuadrados. Se acompañaría de un estudio de grabación para maquetas y primeras grabaciones sin grandes alardes y un pequeño salón de actos donde las formaciones podrían tocar en directo.Incluso ya han conocido y contactado con algunos centros de similares características de la provincia (Aranda de Duero) y otras comunidades como Madrid, Cataluña o Navarra con los que se podría crear un circuito para hacer intercambios.Las personas que están detrás de este proyecto, antes tres y ahora dos, llevan muchos años en la gran familia de músicos de la ciudad. Por eso quieren un lugar abierto las 24 horas del día, con seguridad, higiene y climatización adecuadas. «Y todo legal, que ahora mismo solo está El Hangar en Burgos», apunta Samuel Peñas, uno de sus artífices.Un proyecto que sueñan también como un centro multidisciplinar, donde tendrían cabida propuestas de arte plástico o teatro. «Tal vez es un poco utópico, pero es lo que nos gustaría. ¿Por qué no?», apunta, aunque admite que la lentitud administrativa los está cansando y confundiendo.«Esto no es el negocio del siglo. Lo queremos hacer porque es nuestra pasión. Es lo que nos gusta. Confiamos en ello y creemos que es necesario y lo podemos hacer bien», expone y añade que conocen los riesgos que corren.Y es que la inversión para habilitar la nave saldría de sus bolsillos. El Ayuntamiento, dicen, gastaría cero euros. Confiesa que les da miedo, pero son valientes y tienen ganas de ponerse el mono de trabajo.