Arte en el País de Nunca Jamás

A.S.R. / BurgosPajaritas de papel, guirnaldas de palomitas, ovillos de lana directos al corazón, casitas de cartón o tijeras gigantes de madera pintan el País de Nunca Jamás en El Espolón, sin olvidar que quedan todavía muchos capitanes Garfio contra los que luchar. Juego, reflexión y reivindicación se cruzan en Expolón, la intervención enmarcada en el TriBU Festival orquestada por el colectivo de jóvenes artistas SIO2, al que se han sumado otros creadores. La instalación se mantendrá durante todo el día de hoy.Sol, sábado y día de fiesta. Combinado ideal para dejarse envolver por un mundo de fantasía. Niños y mayores lo hacen sin prejuicios, con sorpresa y mucha curiosidad.Alba y Míriam miran con sus enormes ojos claros a las pajaritas de papel de colores que cuelgan de un plátano en El Espolón. Las observan divertidas desde su sillita ajenas a que traen en su pico un mensaje. Morirán los pájaros y los diseñaremos mejor, pero quién nos devolverá su canto. La autora, Beatriz Pérez Algaba, deja flores de luto a sus pies.De grafito son las palomas de Alejandro Adrián Ribote. Estas aves, repugnantes para muchos, levantan el vuelo hasta el infinito y más allá. «Quiero llegar a todos los públicos, desde la señora mayor que se acerca al arte desde una mirada más académica al joven más habituado al arte conceptual contemporáneo», comenta.No necesita palabras la propuesta de Ana Peser. Árbol convertido en cadalso con varias sogas colgadas de las ramas y una inscripción: Solución a la corrupción.Sí urge explicación la de Alberto Meher. Invita a unir los fragmentos de cinco euros y coger el dinero..., pero la cercana sucursal del Banco Santander cerraba ayer.También Ismael Alí de Unzaga ondea la bandera de la reivindicación. El artista abraza el tronco del árbol con un lienzo pintado de esmalte con lectura vertical, de arriba a abajo. Desde el skyline de Manhattan a las consecuencias que el fracking puede tener en el medio ambiente. «Se van a contaminar todos los subsuelos y al final, más pronto que tarde, acabaremos envenenados todos. Hay que actuar de alguna manera y no dejarnos avasallar por los poderosos», explica el autor, encantado de esta iniciativa que demuestra que el arte joven está muy vivo.Vivito y coleando y con hueco a la esperanza. Beatriz Maestro, nueva presidenta de SIO2, tiene una carta para los paseantes y los anima a escribir una respuesta a sus mensajes de serenidad, de reflexiones creativas...Con o sin mensaje, con o sin reivindicación, el juego es poderoso en Expolón.Ana Condado viste al suyo con un cancán blanco. Forma parte de su proyecto Caseta-vestido. Ha visto la oportunidad de retomarlo. Una señora mayor pasa por allí y la invita a regresar a la infancia. «¡Hay que volver a ser niños!», exige otra y se une al lamento de la artista: «A la gente se le ha olvidado jugar. ¡Qué pena!».«El arte contemporáneo no es solo lo que se hace en galerías y es snob, sino que puede ser cercano y divertido», defiende Rachel Merino ante su palomitero en floración.Con los espacios juega Jesús Arribas. Un jardín dentro de otro. Un lugar de entrada y salida para reflexionar, para contemplar el devenir, para besarse. Un guiño a la naturaleza hace Humberto Abad, que con una tijera, un imperdible y unos clips gigantes humaniza el entorno.La nómina de autores se completa con Rodrigo García, Álvaro Txuper, Diego Alonso, César Santillán, Alegría del Prado con Colectivo Galbán, Antonio Doñate, Carlos Armiño, Arahuetes, Gerardo Ibáñez, Ibáñez Lanchares, Juanillo, Julia San Millán, Miguel Moradillo, Rodrigo Morgado y Sergio Yáñez.Expolón invita a soñar, a dejarse mecer por los deseos de la infancia, a acercarse al arte sin miedo.