«Me siento casi como un rey mago»

A.S.R. / BurgosGerónimo Stilton es un todoterreno. Acapara las miradas de los niños cuando es solo un personaje de papel, provoca pequeñas revoluciones cuando se convierte en carne y hueso y firma libros y arranca aplausos cuando sube a un escenario a cantar y bailar. Sí. A cantar y bailar. Hace tres años que al director de El Eco del Roedor le propusieron dar el salto al mundo del espectáculo y él, inquieto y aguerrido, dijo sí. Y nació Gerónimo Stilton. El musical del Reino de la Fantasía, que traerá al famoso periodista al Teatro Principal los días viernes 29 de noviembre (18.30 horas), sábado 30 de noviembre (16.30 y 19.30 horas) y domingo 1 de diciembre (12 y 17 horas). Las entradas ya están a la venta con precios que oscilan entre los 12 y 30 euros.Gerónimo Stilton ya ha perdido la cuenta de las veces que ha visto subir el telón. ¡Han sido tantas! Esa soltura le hace desenvolverse como nadie también en las tareas de promoción, a las que se entregó ayer junto al gerente de la productora Vértigo, Gonzalo Pérez Pastor, y al concejal de Cultura, Fernando Gómez.Detrás de sus gafas de cristales redondos, los ojos se le hacen chiribitas cuando habla de esta nueva faceta y de la experiencia vivida sobre las tablas.«Es un espectáculo fascinante, trepidante, emocionante... Es una aventura que recorre siete reinos, mi objetivo es salvar a Floridiana, la reina de la hadas, y ya veremos si lo consigo porque en cada uno encontraré dificultades e imprevistos. Me guiará mi amigo Plumilla Verdoso, pero, uhhhh, será complicado», explica sin que se le mueva un pelo de su cabeza ni se dibuje una arruga en su pulcro traje verde e inseparable corbata roja.El montaje es fiel a Primer viaje al Reino de la Fantasía, el primero de la serie de libros que se ha colocado la medalla de superventas y ha revolucionado la literatura infantil.El dicharachero reportero no tiene miedo a defraudar a sus lectores convertidos ahora también en espectadores.Está convencido de que los ocho actores en carne y hueso y los efectos especiales que simulan lluvia, nieve o el fondo del mar los mantendrán atentos. Tampoco se olvidan de los olores. El teatro se llenará también de ellos.«Por mi experiencia, puedo asegurar que el público queda encantado. Es verdad que existe el miedo de que cuando lees  te lo imaginas de una manera y luego te defrauda, pero aquí no pasa. Niños, padres y tíos quedan encantadísimos», redunda y admite que su salto del papel a las tablas ha sido «un poco complicado».El valiente Gerónimo confiesa sin rubor alguno que la proposición le pilló por sorpresa y que sintió miedo.«Casi siempre lo tengo en las primeras veces. Nunca sé qué me voy a encontrar, en mi vida había bailado, y ahora...», resalta el ratón que ha perdido la cuenta de los pasos que ha dado, aunque, humilde, rechaza atribuirse el título de gran bailarín.«Los niños quedan encantados y eso es lo más importante», sentencia por toda respuesta.Cuando la pregunta es qué siente al escuchar el aplauso final, más indirecto cuando se habla solo de libros, reconoce que este es más directo, más inmediato... y baja el volumen de su voz hasta el susurro para desvelar un secreto: «Hay un instante de la función en que bajo a platea, y toco a los niños, los abrazo, me pueden decir cosas... Ese momento es impagable, me siento casi como un rey mago, muy querido por los niños». También en Burgos espera colocarse la corona.