El Correo de Burgos

Juegos plásticos para romper fronteras

Miriam Fernández inunda la parte baja de la ciudad para recuperar la esencia del Consulado del Mar. Muestra cinco proyectos donde analiza la arbitrariedad de la creación de fronteras y sus terribles consecuencias

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Burgos

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MARTA CASADO / Burgos

Miriam Fernández, ingeniero de caminos y estudiante de Bellas Artes, presenta en la sala Consulado del Mar su primera exposición individual. Una propuesta fresca, original y profunda donde juega con diferentes fórmulas de creación. Así se presenta Fronteras, territorios, superficies y lugares ideados que cuelgan de las paredes del Consulado del Mar hasta el próximo 15 de noviembre. Se trata de «juegos para hacer ver cosas que están, pueden estar y que realmente no están pero que expresan ideas y reflexiones», apunta Miriam Fernández.

La muestra arranca con banderas y números. En Fronteras Fernández juega con telas que se unen con muchas capas aguadas en una primera intervención y con el aerógrafo se da relieve y después le da el color. Con este continente Miriam Fernández expresa un contenido profundo «la arbitrariedad de la división de fronteras en un mismo territorio y los conflictos y problemas generados en las poblaciones que allí conviven», reflexiona la artista burgalesa. En estos cuadros donde se simboliza el conflicto entre Kuwait e Irak, México y Estados Unidos, Israel y Palestina y España y Marruecos aparecen unos números punteados. Son las coordenadas geográficas de ciudades conflictivas como Ciudad Juárez, Jerusalén, Ceuta ... «De manera poética tratamos de hacer algo visual con un concepto que plasma la arbitrariedad de la situación», resume.

En Territorios Fernández une el mapa urbanístico del Madrid de los años 90 con elaboraciones de macramé. «Creo que la construcción de estas piezas tiene que ver mucho con el crecimiento urbanístico que hemos vivido en los últimos años pero ambos tienen la misma fragilidad. En estos tejidos si tiras de un hilo se va abajo y es algo parecido a lo que ha pasado con el urbanismo desaforado que nos ha dejado donde estamos», asegura.

En Superficies la artista juega con la superposición de mapas como un «reflejo del viaje vital que han realizado miles y miles de inmigrantes y emigrantes y que aún hoy se está realizando». De esta manera se unen el mapa de España con el de Sudamérica situando cerca de Madrid a Lima, con el Reino Unido enlazando la capital con Londres y, en último lugar, con Brasil uniendo Madrid con Sao Paulo.  «En unos casos se trata de hacer visible algo de forma poética pero en este es hacer visible algo que no existe», señala.

Con la realidad y la irrealidad juega en la última parte de la muestra. Real y sólo ensalzado por la ausencia de color se encuentra la pieza Orange. Son fotos «reales» realizadas por un viaje de cooperación realizado por Miriam Fernández a Camerún. «Es un país que abandonó hace poco el colonialismo histórico pero que ahora vive la colonización de empresas y me encontraba carteles de publicidad de Orange en cualquier parte», recuerda. Un ejemplo de la «necesidad creada de tener teléfonos móviles mientras la población carece de infraestructuras básicas».

La muestra se cierra con una idea imaginaria, Burgos con mar. Una reflexión que nace del continente de la exposición, el Consulado del Mar, que, a pesar de estar a 150 kilómetros de la costa, tenía capacidad de decisión sobre el comercio marítimo. «Me he imaginado cómo sería Burgos con mar y he inundado la parte baja de la ciudad». El juego permite ver un mapa de Burgos donde el agua copa la parte más baja. Así el agua campa a sus anchas por la Plaza Mayor, la Plaza de Santo Domingo y de la Libertad o frente al propio Consulado del Mar. Un juego que estará disponible en esta instalación hasta el próximo 15 de noviembre.

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