Miscelánea de Pedro Frías con aires del Mediterráneo

A.S.R. / BurgosLa ilusión carga la pincelada de Pedro Frías Cobián en la colección que cuelga en las paredes de la sala de exposiciones de la Biblioteca Miguel de Cervantes (Serramagna, 10) hasta el 23 de noviembre (de lunes a viernes de 9 a 21 horas y sábados de 9.30 a 14 horas).Retratos, marinas, variopintos paisajes, bodegones, motivos religiosos... trufan esta miscelánea mecida por las aguas del Mediterráneo levantino, donde el pintor burgalés disfruta desde hace 17 años de una cálida y placentera jubilación.La figuración domina en esta muestra en la que el autor recoge aquello que atrapa su mirada y en la que se zambulle en el óleo y abandona el carboncillo que lo ha acompañado durante todos sus años frente al caballete.Su relación con este mundo empezó cuando era un niño. Salió de su pueblo natal, Mahamud, con nueve años para ingresar en un colegio de frailes en La Rioja. Cinco años después regresó a Burgos capital. Se hospedó en casa de unos parientes a los que pronto expuso sus inquietudes artísticas. Estos lo solucionaron pronto. Un adolescente Pedro Frías entró en la Academia Provincial de Dibujo, dirigida en aquella época por Fortunato Julián -«era un señor fenomenal, un genio, un fuera de serie»-. Durante once años se empapó de todas sus enseñanzas y hasta se sacó alguna peseta en las exposiciones-venta que hacían en el Teatro Principal.Tras pasar por estas aulas siguió por su cuenta. Nunca ha dejado la pintura, aunque se ha entregado más a esta pasión desde su jubilación. Más tiempo libre, más producción pictórica. Cuadros en los que se refleja sus años en Torrevieja, siempre con una línea clásica y figurativa.A Frías Cobián le gusta compartir sus pinturas con los burgaleses. Lo ha hecho en distintas salas, pero también en otras localidades burgalesas y del resto de España como Málaga, León, Palencia o Torrevieja.